Por: Sarai Castro
Seguramente todos leemos o
escuchamos “Damas de honor” y lo primero que viene a nuestra mente son un
montón de chicas vestidas todas con algún vestido bonito del mismo color y
flores en sus manos paradas en una foto junto a los novios, pero tengamos por
seguro que el papel de ser Dama de honor va mucho más allá de sólo verse
bonitas en una foto.
La tradición de ser Damas de
honor se remonta bastante tiempo atrás, a inicios de la Edad Media, en las
culturas anglosajonas. Inicialmente la dama de honor, era una niña de doce años
que tenía lazos consanguíneos con la novia, la cual abría la cohorte nupcial
sosteniendo arrojando flores sobre la alfombra roja que consecuentemente
pisaría la novia lo cual, según la tradición, traerá buena suerte, fertilidad y
descendencia a los novios.
Con el paso de los años la
tradición ha ido cambiando, y la damita de honor pasó a convertirse en
“pajesita” para unificar el nombre al de los niños que también abrían la
cohorte que eran llamados “Pajes”.
El papel de las Damas de
honor es bastante importante en una boda. Generalmente hay una Dama que se
encarga de ser la cabeza entre todas las demás y de ayudar a la novia con todos
los preparativos y decisiones importantes que la novia tenga que tomar. En
pocas palabras, las Damas son las encargadas de hacerle la vida más “fácil” a
la novia durante todos los preparativos de la boda.
Escoger a las Damas de honor
es una tarea divertida y un poco sencilla. Generalmente escoges a aquellas
personas cercanas a ti, tu mejor amiga, tu amiga de la infancia, las amigas del
novio y todas aquellas mujeres que han tenido y tienen aún, algún papel
importante de tu vida.
Entonces, cada vez que
tienes la oportunidad de estar con alguna de las mujeres que entran en esta
clasificación, dices las palabras mágicas: “¿quieres ser una de mis damas de
honor?” y ellas con una sonrisa de oreja a oreja, responden un “Sí” encantadas
de que vayan a formar parte de ese gran momento de tu vida.
Nunca falta aquella chica
que olvidaste tomar en cuenta para formar parte de tus damas y ella tiene TODA
LA ILUSIÓN SE SERLO. Tú realmente no tienes algún problema con que ella sea parte de tu equipo.
Sólo piensas en las otras 13
chicas que la preceden e imaginas que será una foto divertida con “tu batallón de
damas de honor”
Tampoco podía faltar aquella
chica que figura entre las “personas importantes” en tu ámbito familiar, de la
cuál podrías prescindir, pero que algunas personas en casa esperan que ella
figure como Dama, y bueno…tendrás una linda foto con 15 Damas de honor, y
entonces piensas que realmente son muchas mujeres. Luego recuerdas que ellas
harán tu vida más fácil y entonces se te pasa y estás feliz y agradecida de que
sean 15.
Después viene la parte
divertida: Elegir el vestido que usarán para el día de la boda. Definitivamente
no es tarea fácil, ya que ninguna mujer piensa igual y todas tienen alguna
opinión en cuanto a cómo será el vestido que usarán, pero como todas y cada una
de ellas te aman tantísimo, al final de cada opinión dicen: “pero como tú quieras”
y entonces, después de algunas ideas y unas cuantas reglas generales, tienes el
color y la forma del vestido para tus bellas damas.
Personalmente, para una
novia despistada y poco organizada como yo, tener Damas es lo máximo. Es como
cuando eres pequeña y tú mamá te pregunta si tendiste tu cama, lavaste tus
manos o comiste algo nutritivo en la escuela. Ellas están para recordarte que
ya no te quedan 6 meses para la boda, sino sólo la mitad, también para planear
todo de alguna manera divertida y poner sus manos en disposición para lo que se
requiera.
La verdad, estoy agradecida
por y con mis Damas, y está de más decir lo mucho que las amo. Y si, al igual
que yo vas a casarte pronto y tu imaginación es tan mala como la mía, un buen
super equipo de damas de todo terreno, te hará la vida más sencilla y los
planes para la boda y seguro la boda misma, mucho más divertido.