Uno de los grandes deleites desde que soy niña, era disfrutar las salidas al mercado y empezar el ritual de escoger las verduras, frutas y carnes que consumiríamos el resto de la semana incluyendo algunos antojos que en esos tiempos eran los cacahuates.
Este gran tour era el inicio de una rica comida que disfrutábamos alrededor de una MESA.
Para mí era un deleite ver a mi madre y mis hermanos comer alrededor de la mesa platicando de manera elocuente y saborear lo que con tanto cariño habían elaborado mi madre y hermanas mayores.
Ahora esta tradición familiar a continuado en mi hogar no importa lo que hagamos, intentamos que una vez al día podamos convivir un momento y saborear aun la comida más sencilla, entre risas, enojos y disfrutar de una sobremesa donde se extiende grandes conversaciones.
La mesa ha sido motivo de grandes reuniones, cumpleaños, consejos familiares, juegos de mesa, tareas y de mucho aprendizaje por mencionar algunos:

No hablar si masticaba.
Aprendí que cada silla tenía su jerarquía.
Que era un momento para convivir y además podías invitar a los amigos.
Que no era bienvenida la televisión, el periódico y las revistas.
Muchas veces me sentí importante con aquella hermosa vajilla que utilizaban en eventos como los cumpleaños o la Navidad.
Aprendí que comer era algo delicioso.
Que llegar a casa con el aroma de la buena alimentación me invitaba una y otra vez llegar a casa.
Aprendí a ganar y perder en los juegos y dormir en la mesa cuando el cansancio por hacer la tarea me vencía.
Como ven hay tantas experiencias por contar y que muy posiblemente estarás añadiendo en tus recuerdos.
Es comprobado que la convivencia alrededor de una mesa con tus seres queridos no importa el día o el horario tiene una fuerte salud terapéutica.
Comer en la mesa crea un vínculo emocional de pertenencia a la Familia.
Te da seguridad al poder exponer tus puntos de vista.
Mejora tu autoestima.
Puedes mantener relaciones sanas fuera del entorno del hogar.
Hay menos posibilidad de padecer algún trastorno alimenticio.
En la mesa se heredan valores, tradiciones y se echan raíces de por vida.
La familia tendrá un lugar de refugio por que la comida ya está ¡Lista!
Existe menos la probabilidad que los hijos busquen grupos negativos.
Como ven estar alrededor de una mesa trae grandes experiencias y es una tarea sencilla de realizar que te puede evitar de muchos problemas emocionales.
En estos tiempos cada miembro de la familia vive distanciado porque la mesa está vacía, los invito que regresen por el “sendero” que los desvío del lugar importante de su casa, dejen de comer en la sala, en los cuartos en la cocina y en la calle vayan al refugio de amor y compartan lo más suculento de una mesa “Su Presencia”.
Me despido por que iré a cenar con mi familia buen Provecho!!