LA HISTORIA DE UN BESO


"...y el beso que volaba tras la mano, rompiendo el aire, se volvió suspiro." (Luis Gonzaga Urbina)  

Él la observaba desde el otro lado de la calle, ella lo miraba de reojo desde el escritorio de su trabajo. Cada día era lo mismo, de lunes a viernes. Él siempre bajaba en esa estación para ir al trabajo, y la miraba, la observaba en silencio alejadamente. 

Ella observaba cada mañana el reloj esperando dieran las 9:10 que era cuando él bajaba del autobús, aunque había mucha gente alrededor en la estación su vista siempre se concentraba en encontrarlo a él, mirándolo a él.  

A veces sus vistas se cruzaban y ambos desviaban la mirada. “Fue mi imaginación”, ambos se decían.  

A la hora de salir de sus trabajos él dejaba pasar tres autobuses para poder verla en la parada de la estación. A esa hora solo quedaban ellos dos ahí. No podían ocultar su nerviosismo, miradas furtivas venían de uno y de otro, pero su timidez era más grande que su amor. "¿Me habrá visto? No, solo fue mi imaginación”. Ambos pensaban. 


Pero a veces solo necesita que los Dioses nos den un empujón para ir en la dirección correcta. 

Era de tarde, amenazaba con llover. El autobús tardaba más de lo acostumbrado. Las gotas de lluvia comenzaban a caer. “Una empapada segura” pensaba ella, cuando un paraguas la protegió de la lluvia. 

Ella volteó y por primera vez sus ojos se reflejaron en sus ojos. ¿Eran lagrimas o gotas de lluvia? Él secaba con su mano las lagrimas. Cada vez llovía con más fuerza pero no importaba. Se acercaron uno al otro y se besaron. 

Un beso maravilloso e inmortal capaz de transportarlos a los universos jamás soñados, un beso tierno capaz de estremecer cada fibra de su cuerpo. Un beso divino capaz de sentirse capaces de todo… incluso de ser felices. 

Aunque llovía, en sus almas era la mejor de las primaveras. 

Un beso capaz de cambiar el universo es aquel que se da con amor sincero. 

Al besarse ellos se entregaron más de lo que tenían, se volvieron uno. Eran dos personas diferentes con un mismo propósito: ser felices. 

A veces se necesita algo tan simple como un beso para volver a sonreír, para volver a vivir, para tener esperanza... para volver a amar. 

A veces, solo a veces se necesita de algo tan pequeño como un beso... para ser feliz. 

  

Por Jomer Malaya.
               *Las ideas plasmadas en los artículos, son responsabilidad de quien las escribe*.

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