Los sentimientos que posee un
individuo son tan variados y variables que no podemos poseer siempre los
mismos, éstos son determinados por
nuestro estado de ánimo. A veces nuestra dopamina se encuentra en tan buenas
condiciones que podemos sentir que nos comemos el mundo, que somos unos
conquistadores que no hay situación que pueda doblegarnos o hacer
desistir. En otras circunstancias
creemos que somos seres carentes de valor, que todo está en nuestra contra, que
no somos exitosos, que por más que nos esforcemos la vida nos es adversa. Y bueno ahí vamos avanzando en la vida a
veces para adelante y muchas veces como los cangrejos retrocediendo.
Me impresionó sobre manera un
video que vi acerca de una mujer hermosa que por un cáncer en su mandíbula fue
perdiendo poco a poco su rostro hasta que perdió la mitad de su cara, esto
después de muchas cirugías y sufrimientos, pero lo más importante que me llamó
la atención es que al principio de su enfermedad el hombre que la amaba se casó
con ella y hasta donde el video mencionaba siempre ha estado a su lado apoyándola, mostrándole ese amor
sincero (no el de las telenovelas, sino ese que verdaderamente está en las
buenas y las malas). Por supuesto que a
medida que ella luchaba por su vida se vio envuelta en dudas, en dolor, en
tristezas, pero siempre superaba los mismos gracias al hecho de sentirse amada,
y su esposo siempre manifestó en el mismo que la verdadera belleza es interna,
que la externa se termina, acaba, cambia, pero la esencia de un Ser sus
sentimientos siempre están allí.
¿Qué es lo que verdaderamente
importa en la vida? ¿Es el dinero, el amor, la salud, la fe, la Esperanza, el
poder, la fama?, etc., todas las personas somos diferentes, cada una tiene su
propio canon de valores, y va por la vida actuando por ellos, existen personas
honradas, incorruptibles, con una meta bien definida de lo que quieren y hacia
donde se dirigen y nada ni nadie les mueve de ese camino. Pero también están
los débiles que se dejan deslumbrar por el brillo de los reflectores o por unos
momentos de fama y felicidad aparente que no les importa comprometer lo que
creían ser, cuando la vida nos coloca en situaciones difíciles es cuando
realmente sacamos lo que somos, muchas personas ocultamos nuestras verdaderas
malas intenciones, cubrimos con una apariencia diferente lo que verdaderamente
somos, decían las antiguos: nos cubrimos con piel de oveja pero somos lobos
rapaces, o navegamos con bandera de bondad pero en realidad somos ambiciosos. Bueno
cada quien en la soledad de su vida, en un encuentro consigo mismo podrá
responderse realmente quien es, porque a todos podemos engañar pero ni a Dios
ni a nosotros mismos nos engañamos.
Volviendo a los buenos
sentimientos, realmente las personas buenas sufren mucho porque se decepcionan
mucho, porque no logran entender el actuar de los demás, porque no les cabe en
la cabeza que haya tanta hipocresía y fingimiento, pero al final del día en su
soledad descansan tranquilas porque su vida es sincera para con ellos y con los
demás. Qué bonito es saber que realmente hay personas sinceras, buenas, que
aman sin condiciones, que se entregan a lo que hacen por el simple hecho de ser
honrados y dispuestos a dar de sí. Qué
bueno es saber que todavía hay matrimonios que superan sus debilidades, que son
fieles y honrados y dispuestos a proteger y amar a su cónyuge a pesar de que la
belleza y la salud le han abandonado, que los sentimientos no están en su
cuerpo sino en su interior y esos no sufren alteraciones, que bueno es saber
que hay profesionales de buenos sentimientos y cumplen con su trabajo de una
manera que va más allá de cubrir un horario para recibir una paga, que lo hacen
imprimiendo un sello de amor y servicio, independientemente de que lo disfrutan
más, el tiempo se le va volando y el recipiente de sus servicios se ve feliz y
es tocado por esos buenos sentimientos.
En este mundo tan difícil, tan complejo donde cada vez perdemos
más, no debemos dejar de fomentar los buenos sentimientos, increíblemente a
veces hasta la alimentación influye en nuestro carácter y en nuestro sentir, pero sobre todo en nuestra salud. Una manera de alimentar nuestros buenos
sentimientos, es alimentando nuestro espíritu, un poco de meditación, de
despegarnos del celular, de leer un buen libro de cerrar los ojos y escuchar
buena música, o cerrarlos y volar con la imaginación, orar reconociendo nuestra dependencia de un
Ser supremo, lo descontaminan un poco y permiten que florezcan las cosas
buenas. Analizate, escombra tu mente y
tu corazón como lo haces con tu hogar, saca de allí lo que no sirve, lo que
hace daño, lo que está empolvado y verás cómo darás lugar a cosas buenas. Porque los sentimientos aunque no se ven
siempre son percibidos por alguien más.
SER FELIZ NO SIGNIFICA
PRECISAMENTE TENERLO TODO, SIGNIFICA APRECIAR LO QUE SE TIENE, LUCHAR POR LO
QUE SE QUIERE Y AGRADECER LO QUE SE ES.
CON AMOR : Araceli Canaán de Guevara