Siempre que digo: "tengo una sección de cocina en un blog", las personas piensan que mis post será como un tutoríal de Yuya escrito, pero ¡oh sorpresa! cuando se enteran de los pequeños triunfos y los grandes fracasos, en esta aventura.
El día de hoy di un taller de cocina... Si, así como lo leen, aunque realmente fue de ensaladas.
Hace un par de días me llamaron para pedirme que participará impartiendo el taller de ensaladas, yo como, casi siempre, dije: si, claro.
Me dijeron que en el primer bloque del taller la clase la daría un chef quien enseñaría una ensalada, estos talleres se impartirían en niñas de 12 a 18 años, en grupos de 5- 9 niñas en cada uno y serían 5 grupos, así que solo me encargaría de el último o los dos últimos grupos, la ensalada que debía enseñar era de Surimi.
La verdad estaba entusiasmada, pero con el tiempo encima, tenía sólo un día para aprender la receta y según yo el mejor maestro era el internet amigos, el internet quien te ilusiona y te dice: "todo es fácil, hermoso" e incluso música alegre de fondo, desglaseado* internet (*chiste de cocina) así que vi distintas técnicas con la misma receta, estaba "lista", solo serían uno o dos grupos y en menos de 1 hora todo habría terminado.
Llegue al lugar donde serían los talleres, iba súper preparada según yo, llevaba mi cuchillo bien afilado, mi tabla para picar y mi mandil favorito de mezclilla con la orilla en tonos de rosa, irradiaba positivismo... Hasta que una de las organizadoras me dijo que no había llegado el chef, ni siquiera había mandado su lista de ingredientes, que ella había propuesto una ensalada y que si podía dar el taller entero, la sonrisa se me fue a los pies, les juro que en toda mi vida jamás había sentido tantos nervios, dije que sí y me dirigí a la cocina.
Mientras le daba un vistazo a la receta me di cuenta de que era sencilla, me sentía segura y confiada después de ver que alguien más me estaría apoyando, prepare mi lugar de trabajo y respiré.
Después de un poco más de 4 horas y con mucha ayuda tanto de las organizadoras (quienes me hicieron sentir segura, proporcionaron el material, fueron extremadamente amables y sobre todo las más lindas) y las jovencitas terminamos dos ensaladas, aunque al final yo solo di la clase sobre la ensalada de Surimi, quedo riquísima y para ser la primera vez que daba una clase, que cocinaba un crustáceo (un producto derivado de uno) y que hacía esa ensalada, el experimento fue un éxito.
Aveces solo hay que arriesgarse un poco e intentar ser positivas, me divertí mucho, sobre todo aprendí más y me di cuanta de que operación cocina a llegado a mi vida para quedarse por mucho tiempo haha.
Bueno nos leemos la siguiente semana.... Deséenme suerte.
Por Ilse Barco.
*Las ideas plasmadas en los artículos, son responsabilidad de quien las escribe*.
