En esta sociedad donde los niños son mayormente criados por sus mamás, les presentamos hoy una historia donde mi querida amiga Sarai, fue educada un poco diferente, su papá...
Recuerdo una canción muy peculiar que escuchaba en
la radio, cantaba por un ratón italiano que creo muchos de nosotros
conocemos, el Topo Gigio, y en esta canción él decía “Como mi papá, como mi
papá, qué lindo sería parecerme a mi papá”. Y seguro que sería muy lindo, el
problema consiste en que cuando ese alguien que se parece a su papá es su hija, es
entonces cuando la historia se torna muy interesante y divertida.
Cuando tenia 3 años mi papá me compró mi primer consola de vídeojuegos, el super nintendo, así que aprendí a sostener un control desde que tengo memoria.
Años más tarde inventamos otros juegos, cada noche cuando mi papá llega del trabajo tenemos una forma peculiar de decir "Hola", yo rodeo a mi papá, lo estrujo, comienzo a picar sus costillas, casi podría decirse que golpeándolo mientras hago mis típicos efectos especiales de golpes. Después intento subirme hasta su espalda para intentar morder sus orejas, hasta que el se da vuelta y comienza a empujar con todo el cariño que un padre tiene. (Cabe mencionar que nadie sale herido después de ese saludo) .
Definitivamente no es la forma más normal de decir "Hola" pero es la forma en que mi papá me enseño, además de otros juegos como "el toro loco", él se ponía como un toro y yo subía a su espalda, después comenzaba a dar vueltas o brincar como un toro hasta que yo (Sarai) salia volando hacia alguna parte de la cama.... Era muy divertido.
Por giros de la vida, terminé viviendo con mi padre durante mi adolescencia, lo que dio como resultado una chica un poco brusca, desaliñada, normalmente con cabello despeinado y una "linea negra alrededor de los ojos".
Mientras todas las madres procuraban educar a una princesa, bella, delicada y femenina; mi papá se ocupaba en educarme un poco diferente.
Una mujer que pudiera desarmar una impresora o perforar la pared con un taladro, !ah! pero que también pudiera hacer tortillas "delgaditas" como le gustan a él, que tuviera la destreza de saludar con un buen golpe en la espalda pero también demostrar todo el cariño con un abrazo. Una "MUJER" que no necesitara de un hombre pero que no fuera un floja en casa porque si no le diría a mi esposo que me dejara... ja, ja, ja....
Una mujer que pudiera tomar decisiones tranquilamente y sin estrés, como suelen hacerlo los hombres.
Algo así como lo mejor de los dos mundos, lo más lindo de las mujeres y lo preferible de los hombres, o como dice mi papá "El Mounstrito".
Así que seguramente si más padres tuvieran que vivir este rol tendríamos mujeres un poco diferentes, aunque al final creo que lo más importante es que SOY COMO MI PAPÁ, como mi mamá y lo mejor es que aprendí a SER YO MISMA.
Autor: Sarai Castro
#OjosDeColorLuna
NOTA PARA EL LECTOR: Con el paso de los años y las hermosas mujeres alrededor de mi vida aprendí a golpear menos y maquillarme más, a rodearme de vestidos
y tacones, pinturas de uñas y bolsos.
