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| Araceli con sus hijas y esposo, hace un par de años |
Cuando se es niño, se busca ansiosamente la protección materna, no existe lugar más seguro que los brazos de mamá, uno ve en ella la fuerza, el amor, la sabiduría, el cuidado, en fin ella es nuestro mundo, nuestro lugar seguro, nuestro refugio, ah¡, pero llega la adolescencia con sus cambios, con sus dudas, con sus rebeldías y entonces nos olvidamos por un tiempo lo que sentíamos cuando pequeños corríamos hacia ella buscando su calor, ahora nos molesta lo que nos enseña, lo que nos quiere obligar a hacer, es alguien pasado de moda, no siente ni piensa como nosotros, no se ubica, no está en la onda, nos molesta, nos limita, quiere que nos alejemos de nuestros amigos, nunca olvidaré cuando decía no te juntes con fulanito , no es buena influencia, y luego sacaba sus dichos :
”El que con lobos anda a aullar se enseña”, y le contestábamos, puedo andar con ellos y no contaminarme, y me insistía, no hija una manzana podrida echa a perder toda la canasta, y a veces sin que ella se diera cuenta le decía que sí pero internamente me proponía hacer mi voluntad, por supuesto que mi madre ya había vivido su vida, y ahora no iba a permitir que me dijera como vivir la mía, nunca olvidaré lo que mamá decía: yo ya viví y si te estoy diciendo esto es porque quiero evitar que te caigas y te lastimes, a veces era con azotes que se nos corregía, otras con palabras, a veces nos hacían ver los resultados de las malas de decisiones en la
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| Araceli con sus padres |
vida de otras personas para que nos diéramos cuenta de cuáles son las consecuencias de un arrebato, nunca olvidaré sus consejos, su guía, porque ahora que soy adulta comprendo que su intención no era otra que allanarme el camino para evitarme sufrimientos, mi mamá decía :”en la vida todos cosechamos lo que sembramos”, así que si tu quieres tener una vida buena haz obras buenas, agradezco todas sus enseñanzas, nos hacía ayudar a las personas ancianitas, nos enseñaba a compartir entre todos los hermanos lo que teníamos, eso nos acompaña hasta la fecha y aunque somos muchos y vivimos lejos unos de los otros, el amor que nos tenemos rebasa las distancias físicas , mi madre ya no vive pero sus recuerdo, su sabiduría ha acompañado mi existencia, y casi inconscientemente repito lo que ella me enseñó con mi propia familia, se que nuestras madres nunca se equivocan, solía pensar que era una especie de adivina o bruja, porque a veces sin voltear me decía que llevas allí, otras ocasiones predecía el futuro, y siempre decía si desobedeces va a pasarte esto, y que creen, adivinaba, pues pasaba, mi mamá decía ahorita no me entiendes pero cuando seas madre lo entenderás y así ha sido, ser madre no es una tarea fácil, pero si es muy gratificante, y ahora como mamá decía yo también les digo a mis hijas, casi las mismas cosas, porque al igual que mamá me mueve el mismo amor, me mueve el mismo deseo de verlas
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| Araceli con sus padres, esposo e hijas |
realizarse como personas de bien, porque como mamá decía lo que ustedes sean de grandes será mi dicha o mi desgracia, y espero que en un futuro cuando el tiempo pase y ellas sean adultas entiendan y reconozcan que todo lo que las madres hacemos por nuestros hijos no lleva sino la intención de que ellos encuentren la felicidad mientras transitan por esta vida y ojalá algún día ellas les repitan a sus hijos las mismas cosas que yo, ah que gran y sabia mujer era mamá, así que a recordar lo que mamá decía…
Araceli Canaan
#LaPromesaDelViento
