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Una de las cosas a las que probablemente casi todos tenemos miedo es a la soledad, o al hecho de tener que separarnos de la persona que creemos que es indispensable en nuestra vida para disfrutar de la FELICIDAD, para sentirnos COMPLETOS o CAPACES de lograr nuestras metas.
El hacernos dependientes de alguien más, en
este caso, de nuestra pareja hace que perdamos nuestra Identidad e
individualidad para ajustarnos a lo que la otra persona considera mejor para
nosotros, el aferrarnos a conservar una relación a costa de cualquier cosa nos
lleva a privarnos de diversas experiencias, las cuales en muchas ocasiones se
disfrutan más en la soledad.
El tener tiempo para uno mismo permite llegar a
la reflexión, al conocimiento propio, a la fortaleza de nuestra autoestima y de
nuestras capacidades. ¿Cuándo fue la última vez que disfrutaste de cantar solo
(a) en tu cuarto, de decidir a qué lugar ir a comer simplemente porque a ti te
gusta esa comida, de vestirte como tú quieras en cualquier evento, sentirte
libre cuando caminas, sentir incluso como si flotaras? Estas cosas no
necesariamente se tienen que disfrutar al terminar una relación.
Lo importante en la vida es que podamos dejar de ser DEPENDIENTES emocionalmente de nuestra pareja, de algún amigo (a), de nuestro grupo social o cultural, de alguno de nuestros padres o hermanos. Amar es una experiencia con muchos matices, amar es como lo define el Dr. Jorge Bucay “[El verdadero amor] no es otra cosa que el deseo inevitable de ayudar al otro para que sea quien es.” ¿No te resulta maravilloso pensar de esa manera? “Ayudar al otro para que sea quien es” y me atrevo a repetirlo para que quede claro que quien nos ama, nos dará la libertad para que podamos ser AUTÉNTICOS, y que nosotros al amar nos regocijaremos al ser espectadores de como nuestro ser amado se desenvuelve en la vida siendo quien es.
Si tu problema en este momento es que ya no te
sientes Feliz a lado de tu pareja, que ya no te sientes tu mismo (a) o que
simplemente te has dado cuenta que tu relación es costumbre y un mecanismo de
defensa para evitar enfrentar al mundo tu sola (o), mi recomendación es que
tomes un tiempo para analizar tu situación, ¿Cómo? Dedica más tiempo para ti y
para tus gustos, para todo lo que siempre has querido hacer pero que has dejado
en segundo plano.
No importa si somos hombres o mujeres, Si nos
volvemos dependientes basamos nuestra felicidad en una sola persona (que
curiosamente no somos nosotros), buscamos siempre la aprobación y el afecto de
los demás, dejamos nuestros deseos y necesidades de lado para ser
complacientes, y sobre todo sentimos una FUERTE NECESIDAD de tener en nuestra
vida de forma constante a “ese ser de quien depende nuestra felicidad”; Y al
caer en esto automáticamente perdemos nuestra autoestima, algunas veces se cae
en depresión y nos afectamos física y mentalmente bajando nuestro rendimiento
escolar y laboral. El primer paso que hay que dar en este caso es pensar en ti
primero, que tu bienestar sea lo principal en tu vida.. No te afanes por buscar
tu billete Dorado y disfruta de ser quien eres, y de lo que por esa misma razón
has logrado obtener.
“Porque nadie puede saber por ti. Nadie puede
crecer por ti. Nadie puede buscar por ti. Nadie puede hacer por ti lo que tú
mismo debes hacer. La existencia no admite representantes.” (Jorge Bucay)
