Tu deseo tan ligero como tu disimular, tus facciones ni el reflejo del espejo pueden controlar lo irracional que puede ser amar y volver a sentir vibraciones en las expectativas.
Tu cuerpo a la deriva, sin mentiras ni consejos absurdos; el ruido que hacen tus decisiones estallan en mi caminar cuando lo hago de tu mano, compitiendo por combinar aniquilaciones con alucinógenos.
Con mi pensar desgastado, ya nada puedo perder estando en el suelo... no pensé volverte a ver, ni escuchar o disfrutar tu redacción del pasado. Elegimos competir por el camino correcto, el más largo y con más obstáculos, nos gusta lo que sabe, lo que cuesta y lo que perdura... con el premio mayor.
En aquel final donde la suerte no es capaz de adjuntarse nuestra felicidad, la fuerza solo recibe más de lo que merecemos.
Para reÃr sinceramente, se debió haber llorado primero con el corazón, aprender a darle un toque a lo oscuro no cualquiera lo hace.
Te puedo invitar a tomarme atención, pero fingirÃa ser interesante y no mostrarme como una criminal.
PermÃteme dedicarte mil lÃneas y mirarte de lejos con deseo, sin vacÃos, con conciencias definiendo como amarnos atados del alma, agonizando las perezas y dolencias mutuas.
Si te vuelves un problema será el único problema que no querré resolver y defenderé mi ponencia hasta la muerte con tal de no caer en traición y jactarte de razón.
Pienso en unos años verte sonriendo, jalando de mi ropa para poderme abrazar, y no es que yo algún dÃa te deje de amar, es que me da miedo que no haya sentimiento más grande que el amor y yo lo tenga que inventar... te pedirÃa ayuda para darle nombre y disfrutar hasta volverme loca ante tus aventuras.
No pienso desertar ante el momento que me hace feliz, todo el mundo está loco e interesado por lo material, pero no entiendo por qué no utilizan la locura para ser feliz.
Sin ti, cada lugar se siente vacÃo, sin dirección ni comprensión.
Si queda un poco de ego, es solo el duplicado de la sombra del silencio y sus secretos. Con ganas de volar y alejarnos del orgullo y pesar, afrontando nuestros miedos y persuadir a la ternura para que se maneje a nuestros gestos amables ahogando los perjuicios.
Silvia Jiménez Olmedo | Veracruz puerto
