Qué
maravilloso que existan en el mundo parejas que funcionan, nótese que digo
"funcionan" y no "perfectas", dado que, esto último es una
simple ilusión idealizada, resultado de muchos factores que no estoy dispuesta
a tocar para no pulir ningún lado de la moneda.
El tema de hoy al contrario de lo que piensan, no son las relaciones como tal, sino lo que viene después de que estás no funcionan... la separación.
Por favor, permítanse leer este texto, por mera curiosidad si así lo desean, tal vez no sea su caso, tal vez sí, tal vez conocen a alguien que necesita un poco de conocimiento respecto a este tema, dense y sobre todo denme la oportunidad de hablar un poco de ello...
Qué difícil es separarnos, terminar una relación y sentir que fracasamos, que estamos solos y que no queda de otra "más que seguir caminando"; a todo eso le agregamos los comentarios que nuestros amigos y familiares (de buena manera y con la mejor de las intenciones) nos ofrecen: "adelante, la vida sigue"; "todos hemos pasado por eso"; "es un aprendizaje"; "no te decaigas"; "sé fuerte"; "hay muchos peces en el mar"... gracias por esos mensajes de ánimo, pero a veces no sirven de nada o de muy poco, en primera por qué la persona que está experimentando la separación sí siente que es lo peor que le ha pasado, está sintiendo que no hay más peces, que no hay ánimo de nada, que no es fuerte, que no se logra ni sostener y que el dolor que provoca la distancia del ser amado no es para nada exagerada.
En segunda por qué cada separación (al igual que cada pareja) es distinta, muy distinta. Existen algunas generalidades, pero no en cuanto a la separación, sino a la superación de la ruptura. Sobre todo, cuando nos asalta en la mente la pregunta del millón de dólares: ¿habré hecho bien o será una locura?
¡Vaya, qué complicado! Bien, déjame decirte a ti que estás pasando por esto que sé que no es fácil, que duele mucho más de lo que todos a tu alrededor alcanzamos a comprender y sobre todo que esa soledad que estás viviendo es solo el comienzo de un largo camino.
Generalidades... como ya había mencionado, la primera es que en cuanto se produce la ruptura consiente de una relación que ya no tiene más que grietas sin reparación, solemos (sí, me incluyo) al minuto siguiente de la separación donde nos toca cohabitar con todas esas dificultades y complicaciones que no pensábamos antes de terminar la relación, nos empiezan a agobiar y nos atrapa la idea de que es posible comenzar a recuperar lo que inevitablemente ya no tiene solución. Por otra parte, la persona que se separa comienza a experimentar una sensación de libertad y un mundo de oportunidades antes restringidas, y comienza a ocupar su tiempo y su vida en miles de ocupaciones, lamentablemente más tarde o más temprano, algo sucede y la historia de lo vivido y compartido vuelve a pesar otra vez.
No hace mucho en terapia, una paciente me comentaba: "Quiero que me lo saque de la cabeza". En ese momento me imaginé vestida como un cirujano, con un bisturí en la mano, extirpando al Fulanito de su cabeza; ojalá fuera tan fácil, ¿verdad? Dice Bucay, que es posible amputar una pierna para no recordar por donde se ha caminado, pero una vez amputada, la mera ausencia de la pierna será suficiente para recordar el camino transitado.
A veces cuando nos separamos esperamos que la separación sea un acto reparatorio por sí mismo, casi mágico que nos conducirá de vuelta en automático al final feliz del resto de nuestra vida, desafortunadamente la realidad es mucho más compleja que eso ya que quedan guardadas emociones y sentimientos que necesitan expresarse, siempre nos costará trabajo dejar ir aquello que amamos y casi de manera autómata preferimos aborrecer a la ex pareja y fingir así que será más fácil la partida. Nada más errado que eso, es una actitud infantil e ingenua, el autoengaño más grande de todos y la negación más profunda al dolor.
Mi recomendación es: vivan el dolor.
No hablo de que se auto flagelen con tortuosas imaginaciones de cómo sería si lo hubieran intentado más, de cómo volver a reparar el vínculo, no, estoy segura que esa no es la intención de mi recomendación, sino que lloren cuando lo tengan que hacer, que se expresen cuando tengan que expresarse y vivan su proceso de duelo; lo más importante en el proceso de duelo es aprender a enfrentarse con la ausencia de quién no está, al principio parecerá una especie de resignación, pero no lo es.
No se queden anclados en el enojo y el resentimiento, si lo hacen solo lograran encontrar a su ex pareja en cada relación que intenten en el futuro, como un verdadero círculo vicioso del cual no podrán salir.
Es doloroso poner fin a una pareja, es difícil despedirse y a veces por eso preferimos seguir ligados a ellos por lo menos a través de la irá y el rencor, sentimientos que sólo nos enferman y no nos permiten caminar.
Nadie puede sentirse pleno si se sabe incompleto, busquen conocerse, saber que les gusta realmente e identificar sus sentimientos, se sorprenderían cuantas veces durante terapia pregunto a los pacientes: "¿qué sientes?" Y ellos con mayor frecuencia de la que me gustaría me dicen: "nada", "normal".
El lenguaje de las emociones y sentimientos es totalmente desconocido para la mayoría, no somos capaces de reconocer como nos sentimos.
Búsquense, busquen sus metas, esas que están ahí en un rincón llenas de telarañas, esas ilusiones que tenían de jóvenes o de niños, confíen en ustedes y comiencen a sentirse completos, solo entonces, cuando estén completos, podrán seguir adelante...
Con todo mi cariño, Gaby ❤️
*Las ideas plasmadas en los artículos, son responsabilidad de quien las escribe*.
