Jacinto era un niño muy inteligente, era
soñador, responsable y trabajador. La condición económica de su familia no era
muy buena por lo que siempre se encontraba al servicio de los vecinos para
hacer mandados por una pequeña propina.
Era parte del paisaje verle pedaleando duro la
vieja bicicleta, y siempre chiflaba o tarareaba canciones, tocaba en las casas
saludando a las personas y preguntando si necesitaban que les comprara algo. Las
señoras se sentían aliviadas al evitar tener que salir a la tienda que no
quedaba muy cerca y dar a veces una lista muy grande para que le acercara las
cosas que usaban para cocinar, a cambio de su servicio siempre recibía una
pequeña moneda, algunas le daban alimentos que ya no consumirían, otros le
regalaban ropa para él o para sus hermanitos, realmente Jacinto era una gran
ayuda para su madre.
Está por demás decir que ser servicial hacía
feliz a Jacinto independientemente de los beneficios que éste recibía por
hacerlo, pero aquí entre nos era más feliz cuando le tocaba ir a la casa de
doña Cecy, una agradable y bondadosa mujer que tenía 2 hijas hermosas y siempre
bien peinadas y cambiadas, parecían unas muñequitas. Jacinto se sentía como
un super héroe al llegar con la bolsa
llena de encomiendas y evitar que estas hermosuras fueran a asolearse o fueran
a ser acosadas por algún moscón, Jacinto terminó la primaria y con lo que podía
guardarse de sus servicios pagó su inscripción a la Secundaría se destacaba más
por sus calificaciones que por su vestimenta que muchas veces provocó que los
jóvenes le hicieran bullying, pero en el segundo año entró Alicia, la hija menor de doña Cecy y por supuesto que
Jacinto se volvió su protector, le ayudaba cuando tenía algunas dudas y siempre
estaba dispuesto para cargar las maquetas o lo que pesara.
Siguió haciendo mandados y llevándolos más que
con gusto.
Jacinto terminó la secundaria y debido a la
situación precaria de su familia tuvo que buscar un empleo y olvidarse del
estudio, y aunque eso dolía, era más triste para él saber que Alicia ya no lo
necesitaría; ella entraría a la Preparatoria y haría una carrera y tendría más
conocimientos que él.
En el taller que entró a trabajar, el dueño se
dio cuenta que Jacinto era de fiar, que era muy trabajador e inteligente y poco
a poco le fue confiando más responsabilidades y por supuesto más ingresos, doña
Cecy se fue a vivir a otro lado y él perdió toda comunicación con Alicia, (su
amor platónico). Todos los hermanos de
Jacinto empezaron a estudiar con el apoyo que les brindaba y pronto la
situación de su familia cambió, ahora tenían una casita más confortable con
todos los servicios y comodidades, Jacinto tenía su propia habitación y empezó
a estudiar la prepa por las noches y después una carrera. Su sorpresa fue
mayúscula cuando el día que presentó su examen profesional, una de las
sinodales era precisamente Alicia, la que lo impulsaba sin saber a superarse y
ser mejor persona, cuando se encontraron en el salón para exponer su tesis,
Alicia vio el nombre, alzó la vista y en lugar del niño pobremente vestido y
limpio que siempre acudía a su casa estaba un joven fuerte, perfectamente
vestido y con la misma sonrisa que siempre le caracterizó. Alicia guardó la
compostura pues en su condición no podía dar rienda suelta a la emoción que le
provocó encontrarse con su defensor, por supuesto que la limpieza y corrección
con que expuso le valieron una aprobación Unánime y ahora era un brillante
Ingeniero Automotriz. Alicia lamentaba no poder abrazarlo y felicitarlo como lo
hacía en la Secundaria cuando por sus altas calificaciones recibía alguna
mención honorífica, salió un poco triste, llevaba su bolsa y algunos papeles,
el abrigo que le había cubierto del frío por la mañana, caminó al
estacionamiento y cuando iba a abrir su coche no pudo hacerlo con las manos
ocupadas, cuando escuchó una fuerte y dulce voz decirle: ¿Doctora Alicia
permitiría que le ayude como antes? Obedeciendo a un impulso superior Alicia se
arrojó a sus brazos, le felicitó y no sé cuántas cosas dijo hasta que se dio
cuenta que estaba rodeada por esos fuertes y musculosos brazos, se disculpó y
se separó, él quedó mudo por las sensaciones que se despertaron dentro de su
ser, se despidieron intercambiando correos y teléfonos.
Un día Jacinto supo que doña Cecy estaba
enferma y llegó con un inmenso ramo de rosas, con una canasta de frutas
decorada exquisitamente, doña Cecy casi da un brinco de la cama cuando lo ve, y
le dice: Jacinto siempre supe que llegarías lejos, a las personas buenas y
tenaces siempre les va bien, les cuesta trabajo, pero siempre logran lo que se
proponen, y con el pretexto de visitar a su benefactora de la niñez, Jacinto se
metió en la vida de ellas nuevamente. Alicia había tenido un fracaso amoroso
previo, pero al ver la nobleza y dedicación de Jacinto volvió a creer en el
amor y hasta le confesó a Jacinto que de niña y jovencita muchas veces soñó con
él, y que eran novios y que paseaban en la vieja bicicleta recorriendo la
ciudad, Jacinto emocionado le dijo que de siempre ella había sido su ilusión, y
que muchas veces soñaba despierto pensando que ella corría a sus brazos y que
él la cargaba y giraban hasta que el grito de su mamá avisando que ya estaba la
cena o mandándolo a comprar algo lo despertaba de su sueño de amor.
Está por demás decir que se casaron, que fueron felices, que tuvieron problemas como muchos, pero con
buena voluntad y amor siempre los sacaron adelante, que ahora se dedicaban a
ayudar a esos jovencitos que al igual que él tienen deseos de superarse y de
cambiar su vida, tuvieron 3 hijos, y continúan escribiendo su historia de amor,
de sacrificios, de superación, de éxitos y fracasos, pero siempre que enfrentan
alguna dificultad recuerdan todo lo que pasó antes de que estuvieran juntos y
eso los ayuda a seguir adelante y puede decirse que son una hermosa familia,
llena de planes, de amor y de fuerza para enfrentar lo que venga, no dé en
balde las dificultades enfrentadas en el pasado les forjaron un carácter
firme y valiente y como siempre he dicho
que ¡QUE VIVA EL AMOR!.
CUANDO UNO TIENE SUEÑOS EN LA VIDA Y TRABAJA
POR ELLOS, TARDE QUE TEMPRANO SE CUMPLEN SEAN DE LA ÍNDOLE QUE SEAN, NO PIERDAS
LA FE, SUEÑA Y LOS SUEÑOS SE HARÁN REALIDAD.
ARACELI CANAÁN DE GUEVARA




