LA CARTA DE NATALIE


Ahí estaba ella, Laura, la chica más popular de la escuela leyendo una carta que alguien le había escrito y la habían dejado en su rinconcito personal en la escuela.

“Mi futura mejor amiga, lo digo porque sé que seremos mejores amigas. ¡Enserio! ¿Te has preguntado alguna vez que pasaría si me dejas entrar en tu vida?

Mi querida futura amiga. La vida no es fácil de recorrer, lo sé. He recorrido esta vida y he pasado momentos buenos y momentos malos, y sé que lo mejor de cada momento fue que no estuve solo. Así que te ofrezco mi amistad, no como un producto que puedas comprar en el súper o en la tienda de la esquina. Te la ofrezco sin ataduras, no buscare cambiarte y te pido lo mismo.

Querida futura amiga, no quieras cambiar mi esencia, no quieras cambiar quién soy yo. Sé que no soy perfecta, tengo un montón de defectos, lo reconozco. Pero lo que puedes hacer es decirme en que estoy mal y lo cambiaré, pero con tu ayuda.

Querida futura amiga, te ofrezco una amistad sincera; sin mentiras, sin engaños. Porque sinceramente no puedo mentir, enserio no lo puedo hacer, aunque lo quisiera. Así que si a veces digo algo que te ofenda te pido perdón.

Querida amiga, sé que la soledad no es buena compañera y muchas veces no elegimos estar solos. La sociedad nos hace caer en esta soledad. Muchas veces he intentado encajar en algún grupo o quise conocer nuevas personas, pero era difícil. Así que futura amiga, déjame entrar en tu círculo de amistad, regálame esa oportunidad.

Querida futura amiga, si me dieras una oportunidad de ser parte de vida y de tus momentos, si me dieras una oportunidad de escuchar y ayudar, si me dieras una oportunidad de sentirme parte de algo...

Solo eso bastaría para tener esperanza...

Solo eso bastaría para tener un buen motivo para seguir viviendo.

Querido futura mejor amiga... gracias por tu futura y sincera amistad, si es que tú así lo deseas.”   Nat…

Después de leerla, volteo hacia el rincón más apartado del salón. Ahí estaba ella, Natalie, la chica más rara de la escuela observando a ningún lado. Laura de acerco a ella, se puso frente a ella y le dio un fuerte abrazo. Le dijo que aceptaba su amistad, no por lastima o por otra cosa, simplemente por el deseo de hacerlo. La siguió abrazando fuertemente mientras Laura comenzaba a llorar.




A veces solo se necesita una buena amistad para salvar una vida, solo se necesita de un abrazo para devolver la esperanza, y a veces solo se necesita una carta para cambiar el mundo.

Por Jomer Malaya
*Las ideas plasmadas en los artículos, son responsabilidad de quien las escribe*.

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