“Memorias
de un amigo imaginario” del autor Matthew Dicks, fue publicado en
el 2012 en los Estados Unidos, con el título original Memoirs of an Imaginary Friend.
Y lo primero que tengo que
decir al respecto, es que éste libro no es para nada convencional. En todos sus
sentidos.
El autor crea un mundo completamente nuevo, a
pesar de ser libro único… Es decir, que no es una serie. Y eso lo vuelve aún
más atractivo, pues quiere decir que el autor definitivamente hizo muy bien su
trabajo.
Relata la vida de Max Delaney,
un niño de ocho años con problemas particulares. Padece de autismo, y
precisamente su comportamiento y su forma de ser bloquea su desarrollo social
con los demás niños. Desde pequeño ha sido criticado e incluso es víctima de bullying.
Por esos motivos tiene a su
mejor amigo, Budo, que es un ser imaginario de un aspecto humano bastante
creíble. Que es el que lo ayuda a afrontar sus problemas cada día.
Lo más curioso de éste libro,
es que la historia es contada desde la perspectiva de Budo, que es el amigo
imaginario. Nos cuenta cómo ve al mundo, y sus limitaciones. Porque, aunque sea
imaginario, no quiere decir que no tenga una vida propia. Tiene la libertad de
caminar, hablar, y tener sus propios pensamientos.
Eventualmente, considerando el
hecho de que nadie es capaz de verlo, sólo Max, y eso vuelve las cosas aún más
interesantes. Porque si Max tiene problemas, Budo no podrá hacer nada más que
aconsejarlo. No puede tocar nada del mundo humano, ni comer, ni dormir…
Budo no es normal. Podríamos
deducir que Max lo imaginó como un ser inteligente, del mismo aspecto de un
niño, pero pensando como un adolescente.
De ésta manera es capaz de
resolver los problemas con más solvencia y madurez, de ayudar a Max en todo
tipo de problemas… a medida que avanza la historia, los problemas aumentan y
son cada vez más graves.
En fin, pienso que todos en
algún momento tuvimos un amigo imaginario o escuchamos de alguno. Conocer la
manera en que Budo ve las cosas, y el hecho de que ellos persistan con ese
enlace de la vida humana, pero a pesar de eso tener su vida propia… Eso
definitivamente vuelve especial al libro.
Crea una conexión especial con
el lector, te encariñas de los personajes y puedes vivir esa sensación de
nostalgia respecto a la infancia, la vida de los niños.
Y en alguna parte oculta, hay
pequeños hechos que nos hacen reflexionar a medida que pasan las cosas. Un
libro increíble.
Siento tristeza al saber que muy
pocos conocen la maravilla de esta obra, y por eso mismo, te lo recomiendo
esperando que tú también lo hagas.
Por Mile Hernández.
*Las ideas plasmadas en los artículos, son responsabilidad de quien los escribe*.


