EN LOS ZAPATOS DEL OTRO


Cuántos de nosotros somos muy rápidos para juzgar una situación que se nos presenta sin conocer en realidad sus orígenes o el fondo de la misma.

Nadie nos ha dado el permiso, ni considero que tengamos la capacidad de juzgar a otros y menos si no conocemos realmente lo que la persona siente o vive.

Recuerdo hace muchos años haber visto en el periódico la publicación de una mujer en una Ciudad cercana que había matado a sus dos gemelos de menos de un año, los periódicos la calificaban como la hiena, la escoria, lo peor, y queriendo ir más allá de los encabezados me llamó la atención su historia, ella era hasta ese día una humilde pero buena persona, era muy joven, escasamente arañaba los 20 años, sus padres la habían corrido del hogar al deshonrarlos con su embarazo, el padre de los niños solo la hizo fuerte un poco de tiempo y después cobardemente emprendió el vuelo, ella rentaba un pequeño cuartito en una alejada colonia, trabajar le era imposible con dos pequeños niños, así que buscaba su sustento lavando ropa ajena.

Ese día, precisamente un día muy caluroso, se encontraba apurada lavando para poder secar la ropa, entregarla y adquirir leche para los pequeños, debido a su desnutrición no tenía leche materna, ella lavaba bajo el intenso rayo del sol, los niños lloraban lastimeramente, varias veces entró a tratar de calmarlos, pero urgía lavar la ropa, llegó un momento en que el llanto taladró su mente, entró al humilde cuarto y no soportando más. Puso una almohada sobre los niños, pero su condición de salud tan precaria hizo que rápidamente dejaran de respirar, ella quedó perdida hasta que reaccionó, los niños ya no lloraban ¡estaban muertos!, al darse cuenta de lo que pasaba empezó a gritar solicitando ayuda, y entonces algunos vecinos se acercaron a mirar el horrendo panorama, algunas personas la apresaron por si ella trataba de huir. Ella solo quería abrazar y reanimar a sus hijos, pero era imposible.

Siguió un juicio, la acusaron de homicidio en primer grado, daba tristeza escucharla decir, yo los amaba, solo quería que dejaran de llorar, nunca fue mi intención matarlos, y aunque nada justifica un asesinato, realmente las circunstancias que vivió esa joven hicieron que ocurriera eso.

Hace poco estando con una amiga platicando llegó otra que jamás ha tenido problemas con el peso coma lo que coma, y llega y le pregunta a la amiga en común, que te “panzó”, y empezó a presumir que ella se conservaba bien por ser deportista y no sé qué tanto, la persona que fue ofendida (porque es una ofensa), solo sonrió después me comentó que tenía un problema de tiroides y que eso hacía que por más que luchara ganaba peso.
Cada individuo lucha en la vida con diferentes situaciones, algunos han perdido un ser querido, y de alguna manera sobrellevan su duelo con paciencia, con tristeza, con dolor, con preguntas sin respuestas, con esperanza, en fin como puedan, y muchos de nosotros en nuestro afán de consolar muchas veces parecemos indiferentes y hasta ofendemos al doliente diciéndole que ya es tiempo de dejar eso atrás, que olvide y que haga de cuenta que no pasó, que disfrute la vida, y de verdad muchas veces es con la mejor intención, pero necesitamos estar en los zapatos de las personas para poder en alguna medida comprender (no sentir), lo que están pasando.

Considero que las gordas desearíamos estar un poco delgadas, las avejentadas vernos jóvenes, las que no tenemos recursos tal vez desearíamos ir al super sin andar buscando ofertas y poner en el carrito cuanta cosa se nos antoje o nos sea necesaria. 

 Las enfermas tal vez anhelemos el don más preciado que es la salud, las que no han podido tener el Don de la Maternidad y vean su nido vacío con gusto lo llenarían con un bebé al que amarían con intensidad y le darían cuidados, amor, dedicación. 

Las personas que poseen algún bien material muchas veces no se ponen a pensar que todos casi invariablemente desean una vida mejor, pero tal vez no ha sido ni su falta de capacidad ni de ganas, sino a la mejor no han tenido la oportunidad de demostrar que son tan buenos como cualquier otro.

Cada vez que quieras juzgar a alguien, piensa un poco que nadie sabe cuál es la realidad sino solo aquel quien la vive, como decían las abuelas, nadie sabe el fondo de la olla sino la cuchara, así que ante cualquier situación ponte por favor en los zapatos de las personas.

Hace poco platicaba con una mujer de más de 80 años, tiene una vitalidad increíble, hace muchas cosas que algunos jóvenes no las realizan, y me dijo la receta de su larga y feliz vida:  “Nunca me he metido en la vida de los demás, vivo alegre y feliz, disfruto lo que hago, cada mañana me levanto alegre y pensando que este día es un regalo maravilloso y que lo tengo que aprovechar por que no sé si será el último, ya estoy vieja y tengo que seguir llevando ligera mi equipaje”.

Qué palabras tan sabias, si vamos a meternos en la vida de la gente que sea para ayudar, no para juzgar, finalmente cada persona vive el resultado de sus decisiones, nadie pagará la cuenta de otro así que porqué nos preocupa tanto lo que hace, no juzguemos a otros para exaltar sus desatinos, tendamos nuestra mano amiga para que sepa que no está sólo en esta vida y de vez en cuando miremos sus zapatos y nos daremos cuenta que muchas veces a nosotros nos quedan grandes.



PORQUE ESTA VIDA ES UN VIAJE, CADA QUIEN METE EN SU EQUIPAJE LO QUE DESEE CARGAR A TRAVÉS DEL MISMO, VIAJE FELIZ, VIAJA LIGERO.




                                                             ARACELI CANAÁN DE GUEVARA

Unknown

Radio-blog hecho por jóvenes, con ideas frescas y mucho humor para todo aquel que quiera entretenerse y un rato de diversión.