Javier vaciló un poco, al
mirar hacia abajo del puente sintió un vacío en el estómago, sólo un salto y
todo acabaría, pensó. Esa maravilla arquitectónica tenía una profundidad de
aproximadamente 300 metros de profundidad, sobre el mismo pasaban interminables
filas de coches circulando en ambos sentidos, trató de lanzarse pero no pudo,
se hizo a un lado y se sentó; por su mente pasaron rápidamente como en una
película todos los hechos de su vida. Recordó su infancia, había sido muy
feliz, provenía de una familia bien integrada, un padre responsable y amoroso,
su madre era una adorable mujer hogareña, siempre pendiente de las necesidades
de ellos, su pequeña hermana Zayda era un encanto, sus ojos brillantes le daban
a su rostro una angelical expresión.
Sus padres eran sus mejores
amigos, hacían muchas cosas juntos. Nunca se apartaría de su mente aquel día,
su padre había tenido descanso en el trabajo, les habían dado 3 días por ser
Semana Santa, emocionados habían planeado unas vacaciones en el puerto, las
reservaciones las hicieron en un hotel cercano a la playa, ¡era como un sueño!,
durante el trayecto iban entonando alegres canciones, era un verdadero ambiente
de camaradería, cuando de pronto en un curva apareció un automóvil totalmente
descontrolado, eran cuatro jovencitos, venían ingiriendo bebidas alcohólicas,
con el celular en la mano y escuchando música estruendosa a todo volumen. El
impacto fue inminente, después de eso Javier casi no recordaba nada, ulular de
sirenas, fierros retorcidos, …en fin la inconsciencia, cuando despertó supo que
sus padres y la niña habían fallecido, así como 3 de los jóvenes, el cuarto
joven estaba en ese mismo hospital paralítico de por vida.
Siguieron situaciones tristes,
los familiares disputándose la custodia, por fin quedó a cargo de la tía Antonia
y de Gumaro, éstos tenían 4 hijos que se encargaron de hacerle sentir como el
arrimado, nunca se sintió parte de ese círculo familiar. Terminaron por vender
la propiedad de sus padres, se gastaron el dinero de los seguros y Él siendo un
jovencito no pudo evitar el despilfarro de su patrimonio. No pudiendo tolerar más esa situación
abandonó esa casa, anduvo vagando de aquí para allá, un tiempo fue preso del
alcohol, pero nada, nada calmaba el dolor que le desgarraba el alma, nada
mitigaba esa pena que de día y de noche le acompañaba. Sólo había terminado la
secundaria, se le dificultaba encontrar trabajo aunque ahora estaba limpio de
vicios, las jovencitas al mirarle en esas condiciones no accedían ni a ser sus
amigas, se burlaban de Él pues parecía imposible que algún día pudiera tener un
auto o bienes que ofrecer.
En fin, Javier se sentía un
verdadero fracasado, había hecho un análisis de su vida y consideraba que no
valía la pena continuar en esta tierra, ¿para qué? ¿A quién le importaba? Cuando reaccionó se
encontraba vagando por las calles, muy lejos del puente, de pronto un canto
religioso llamó poderosamente su atención, éste provenía de un hermoso
edificio, se acercó por curiosidad, alguien le invitó a pasar y sentarse,
escuchar mensajes de amor, mensajes sobre la familia, le impactó mucho en
verdad, escuchó que las familias pueden estar juntas para siempre, al final el
líder religioso se le acercó y le inspiró tanta confianza a Javier que le
confesó lo que estuvo a punto de hacer, y cómo había llegado allí sin pensarlo,
pero escuchar ese mensaje de fe y de esperanza, un mensaje que parecía hecho a
su medida, reconoció que tal vez Dios le hablaba a través de esas personas y que
ese canto le había inspirado. Escuchar hablar de las pruebas de la vida, y que
éstas sirven para fortalecer el carácter y que no todo está perdido, que cada
día es una nueva oportunidad de vida le habían ayudado mucho. Éste buen líder religioso, le dio su mano, le
ofreció su hogar, lo ayudó, su familia lo acogió como uno más de la misma.
Javier nació a una nueva vida, cambió su
desamor por la misma y se le inyectó una vitalidad e interés por ella. Que ese día lo que murió en Javier fue el
negativismo, los tristes recuerdos, y nació el deseo de ser un hombre de bien,
de esforzarse por que esos seres amados que habían partido pudieran sentirse
satisfechos de sus logros y alcances.
Ahora poseía una nueva familia, una
familia humilde en recursos pero rica en caridad y servicio, tuvo la
oportunidad de encontrar trabajo, durante las noches estudiaba, terminó la
carrera e hizo una maestría, encontró a una dulce joven que con su amor sanó
completamente sus heridas y el dolor que durante tanto tiempo padeciera.
Por fin su anhelo de tener una
bella familia se cumplió, se encontraba al lado de esa hermosa joven haciendo
promesas de un amor eterno, fuertemente sentía la presencia de quienes le
dieron la vida que indudablemente estarían felices de ver que por fin su amado
Javier había encontrado un gran motivo para vivir. Javier volvió a ver pasar su
vida como en una película, pero ahora esto ya no le causaba dolor, ahora había
un presente lleno de fe y optimismo.
Ahora veía cada día como una oportunidad de felicidad, de crecimiento y
no podía dejar de reconocer la mano de un Ser Supremo en esa experiencia de vida
que tuvo y supo que Él jamás nos abandona.
AUNQUE PARA MUCHOS DE NOSOTROS
TODO PARECE PERDIDO, SIEMPRE HAY ALGUIEN DISPUESTO A TENDERNOS LA MANO Y
SOSTENERNOS EN NUESTROS PEORES MOMENTOS.
ARACELI CANAAN DE GUEVARA
*Las ideas plasmadas en los artículos, son responsabilidad de quien las escribe*.

