Hablamos de la adaptación
cinematográfica del libro homónimo The
Perks of Being a Wallflower, publicado en Febrero de 1999 por el autor
Stephen Chbosky. De una manera curiosa, el libro toma un enfoque hacia la
literatura juvenil, buscando darles un mensaje de reflexión a los adolescentes.
Eventualmente, en las tramas
de éste tipo, ya sea libro o película, esperamos el hecho de encontrar
exactamente la misma historia de siempre, quizás un poco cambiada. El mismo
tema de un grupo de chicos inadaptados y el tipo de problemas que conlleva
estar en la preparatoria… Pero puedo decir que ésta historia va mucho más allá
de todo aquello.
La trama se desarrolla contando
una parte de la adolescencia de Charlie, que en este caso, es nuestro personaje
principal. Se da a entender que acaba de pasar por una serie de problemas
emocionales y está en busca de darle un sentido a su vida.
Al principio, podemos notar
que Charlie escribe cartas a un personaje anónimo, contando que será su primer
día en la preparatoria y después de haber sido marcado como “el chico raro” por
pasar un tiempo internado en el hospital, éste año decidirá cambiar las cosas y
conseguir amigos pronto.
Y poco después del comienzo de
la historia, él conoce a sus nuevos amigos: Patrick y Sam, y se siente muy
identificado con ellos... Más por la manera en que logran entender las cosas, y
que no fue juzgado desde un inicio propio.
Charlie sigue narrando en las
cartas las aventuras que tienen y como van sobrellevando los problemas de una
manera muy curiosa. Podemos decir que eso ayuda bastante a Charlie… porque con
ellos encuentra ese punto en el que logra ver las cosas de una manera
diferente, e incluso deja de deprimirse. Se puede notar esa esencia en cada una
de las cartas.
En mi opinión, es un mensaje
muy claro. Todos hemos pasado alguna vez por las opiniones de la gente sobre
uno mismo, que no siempre son tan buenas.
El problema sería, que algunas
personas somos más sensibles que otras. Y permitimos mucho más el hecho de que
las otras críticas nos afecten. Empezamos a formar una personalidad incierta, y
muchas veces cambiamos nuestra perspectiva de las cosas.
Normalmente, un mensaje como
éste suele ser enfocado al suicidio o a que las personas puedan presentar serios
problemas existenciales. Pero en éste caso, el autor nos da un mensaje más
optimista. Desarrolla los valores de la amistad bastante marcados y nos deja
con la clara esencia de que en la vida hay personas que nos apoyan cuando más
lo necesitamos. Que incluso aprendemos a darle un sentido distinto a la vida.
Es una historia llena de
muchas emociones: amistad, amor, injusticias y suspenso.
A medida que vamos avanzando
en la trama, las cartas a ese personaje anónimo se van haciendo más íntimas y
directas, de manera que se puede entender que eres tú mismo, y te vas haciendo
amigo de Charlie.
Que sin duda, esto último fue un factor
bastante curioso, que logra crear ese ambiente de emoción y hace que muchos
adolescentes se sientan muy identificados. Tanto como la película, como el
libro, es una historia que vale la pena conocer.
Por Mile Hernández.
*Las ideas plasmadas en los artículos, son responsabilidad de quien los escribe*.

