Platicando recientemente con
un buen joven amigo mío respecto a este tema me pareció interesante escribir
algo al respecto, se supone que el noviazgo es la época más maravillosa que
puede experimentar una pareja, es la oportunidad de conocerse, de aprender
algunas cosas el uno del otro, descubrir si la persona con la que estamos
teniendo una relación es la persona adecuada para formalizar y continuar hasta
llegar a la culminación del mismo que es el matrimonio.
Pero, ¿Qué es lo que hace que
el noviazgo se considere como algo maravilloso? Cuando uno empieza una relación
con alguien en ese momento se ignoran muchas cosas, a veces las salidas
empiezan en grupo y allí nos vamos dando cuenta quien es la persona que empieza
a ocupar nuestros pensamientos y un lugar en el corazón, entonces empezamos el
cortejo, empezamos a pensar mucho en él o ella, cuando nos arreglamos lo
hacemos pensando si le seremos agradables, imaginamos su cara al vernos, nos
ponemos bellos para nosotros pero teniendo la intención de que la otra persona
nos mire con admiración.
Algunos damos
lo mejor de nosotros mismos, no es que seamos hipócritas ni que queramos fingir
lo que no somos, es que la persona que está a nuestro lado nos inspira a
cambiar, a querer ser mejores, cuando planeamos algo lo hacemos considerando
los gustos de quien empieza a formar parte importante de nuestra vida. La relación que tengamos en el noviazgo es
determinante para saber la clase de matrimonio que tendremos, si la persona es
celosa, irascible, quiere controlarnos, nos juzga demasiado y desea que hagamos
o seamos como ella quiere ¡CUIDADO!, uno debe ser como es, nadie debe intentar
hacer de nosotros lo que no somos, no digo que debemos ser intolerantes, pero
si pienso que debemos respetar la personalidad de cada quien, a veces durante
este tiempo siempre cedemos a lo que nuestra pareja quiere y una vez que ya la
tenemos en nuestro “poder”, le hacemos ver quien es quien lleva las riendas de
la relación, para evitar estas situaciones debemos ser honestos, mostrarnos
como somos, para eso es la amistad, las salidas previas, para conocerse, para
saber a qué le tira uno y no querer controlar la situación una vez que el
compromiso es más firme, es bien cierto que para que una relación funcione bien,
a veces cede el uno y a veces el otro, y los gustos del otro empiezan a parecernos interesantes, los
empezamos a disfrutar, claro siempre y cuando la otra parte participe de los
nuestros para ser equitativos.
Es normal que dentro de la
relación existan diferencias, pues somos dos personas provenientes de distintos hogares, con formaciones
específicas, pero cuando existe empatía, pero sobre todo amor, todas las cosas se van sorteando fácilmente,
es difícil ver como las relaciones actuales duran tan poco, tal vez porque las
personas se saltaron esa parte del noviazgo, de amalgamarse, de compenetrarse,
a veces las relaciones empiezan con un acostón, un embarazo no deseado y
después como no hay entendimiento, se
dan cuenta que no son el uno para el otro, y empieza una vida de dificultades
principalmente para la mujer que va cargando el fruto no del amor, sino de
querer experimentar algo.
Pero volviendo
a esa parte inolvidable que se llama noviazgo a esa parte bonita de la vida, es
importante que pongamos todos los sentidos en el mismo, que ambos deseemos
alcanzar los mismos ideales, no es posible caminar armoniosamente si uno quiere
una cosa y el otro otra, el noviazgo es el ajuste de nuestras vidas, si éste
empieza mal, si no nos deja esa sensación de “Maripositas en el estómago y paz
en el corazón”, si después de estar
juntos nos sentimos prisioneros, tristes, angustiados, pongamos atención,
siempre he dicho que el amor y el noviazgo son el oasis en el desierto de la
vida, cuando ya estamos casados y enfrentamos las dificultades propias del
mismo, recordar ese amor que llevó a unirnos nos impulsa a luchar por
conservarlo y mantenerlo y no dejar que termine.
Hablar de noviazgo es hablar de dulces
recuerdos, de esperas expectantes, de regalos buscados con poco dinero pero con
mucho cariño, es querer caminar junto a quien amamos, es levantarle cuando haya
caído o extender la mano para que me sostenga quien está a mi lado, hablar del
amor es hablar de cosas que motivan a uno a ser mejor, hablar de estar
enamorado es sonreír recordando los momentos juntos, cerrar los ojos y volver a
sentir.
Si tienes un noviazgo
disfrútalo, vívelo, siéntelo, que sea tu motivación para luchar por alcanzar
tus ideales, en el invierno de la vida, recordar esa inolvidable etapa, hace que vuelvas a tener primaveras.
A PESAR DE MIS CASI 32 AÑOS DE
MATRIMONIO SIGO AMANDO A MI ESPOSO CON UN AMOR DIFERENTE PERO PIENSO QUE MÁS
INTENSO PORQUE EL NUESTRO HA SIDO UN AMOR REAL.
ARACELI CANAAN DE
GUEVARA
