Escuchaba la letra de una
canción que servía de fondo para un documental con el título de “No hay
mañana”, realmente en el mismo se hablaba de lo catastrófico que ha sido todo
en el planeta en diferentes épocas, situaciones que provocaron la extinción de
los Dinosaurios, y actualmente como el abuso del hombre con la naturaleza está
provocando una inminente destrucción.
El
panorama que presenta es nada halagador, por lo que nos invita a reflexionar
sobre lo que estamos haciendo que cada momento nos lleva a un exterminio.
Pensando en esa canción y en
las vivencias de los últimos días que he tenido meditaba acerca de lo
importante que es el HOY, realmente no hay mañana, la vida se va haciendo de
los hoy, es necesario hacer planes, tener proyectos de vida, poner los
cimientos para un futuro mejor, prepararse para realizar cosas que anhelamos y
queremos lograr, pero nunca debemos de perder de vista el hoy, porque eso es lo
que tenemos. El mañana es incierto, cuántos se han ido a la cama pensando que
mañana arreglaran un desacuerdo, pedirán una disculpa, dirán un te amo, pagarán
una deuda, visitarán a un amigo, irán al médico, harán esa llamada esperada,
irán a un notario, arreglaran sus papeles, y desafortunadamente la muerte les
ha sorprendido durante la noche y no llegó para ellos ese mañana.
Recuerdo vívidamente la
partida de esta tierra de mi padre, estuvimos en la presentación de una
Rondalla, Él estaba cantando las canciones algunas eran de las viejitas, de sus tiempos, al despedirnos nos dimos un
abrazo y me dijo: mañana llego a tu
casa hija, llego temprano, y lo que llegó temprano fue la llamada de una de mis
hermanas diciendo que mi papá estaba inmóvil, durante la madrugada le dio un
infarto y partió de esta vida sin haber guardado cama, sin estar aparentemente enfermo, para
el ya no hubo mañana.
Eso me ha hecho
pensar mucho en la vida, cuántas personas acumulamos envidias, rencores, malos
entendidos, evitamos pedir disculpas pensando que un día lo haremos sin
imaginar que tal vez no haya más mañanas en nuestra vida, nadie sabe cuándo
será el último día de su vida, sea por un accidente, una enfermedad, o por la
mano de aquéllos que sintiéndose dioses, nos arrebatan la vida en un asalto, en
un secuestro, en una emboscada, etc.
A cuántos, amigos, vecinos, familiares,
conocidos, hemos visto que de momento su vida ha terminado, sean niños, jóvenes
o adultos, y allí quedaron sus sueños, sus
aspiraciones.
Pero no debemos vivir angustiados pensando que no hay mañana, lo
que debemos hacer es procurar vivir el hoy con intensidad, con alegría, cuidar
nuestro cuerpo, fortalecerlo porque las enfermedades se presentan de improviso
y los virus no tienen palabra y se manejan a su propio antojo, reproduciéndose
o mutándose y volviéndose resistentes incluso a los antibióticos.
Debemos
tratar de quitar de nuestra mente todo aquello que nos bloquea, que nos
lastima, que nos hiere, si tenemos alguna pena tratemos de resolver el
conflicto que la provoca y vivir en paz, debemos salir a la calle y cambiar ese
gesto adusto por una sonrisa, debemos de caminar ligeros sin la carga de
remordimientos o de pudo haber sido, debemos aceptar nuestra realidad, si la puedo cambiar hacerlo o
trabajar por ello, no podemos arrastrar cadenas de amargura, debemos perdonar a
quien nos haya ofendido aunque la persona no lo merezca, nosotros merecemos
liberarnos de ese lastre. Debemos vivir
el hoy con alegría porque nadie sabe si habrá mañana.
QUE BELLO ES ABRIR LOS OJOS,
RESPIRAR Y DECIR GRACIAS DIOS POR EL DIA DE HOY QUE ME DISTE, NO SE SI HABRÁ
MAÑANA PERO DAME CADA DÍA UN HOY PARA VIVIR.
CON AMOR: ARACELI CANAAN DE GUEVARA