Recuerdo vívidamente
cuando era una niña y acompañaba a mi madre a la celebración de su día que casi
siempre se llevaba a cabo en el “Cine Juárez” de Ciudad Mendoza. Era organizado
con la participación de las Escuelas de la Localidad, la Fábrica de Santa Rosa,
el Municipio y algunos otros participantes, me emocionaba ver los coloridos
bailes Folclóricos interpretados de una manera magistral, mariachis, rifas,
poesías, pero en esa celebración nunca faltaba una poesía que a la letra dice
así:
“Si
tienes una madre todavía,
Da
gracias al Señor que te ama tanto,
Que
no todo mortal contar podría,
Dicha
tan grande ni placer tan santo.
Si
tienes una madre… sé tan bueno
Que
ha de cuidar tu amor su paz sabrosa,
Pues
la que un día te llevó en su seno
Siguió
sufriendo y se creyó dichosa.
……
Más
si al cielo se fue… y en tus amores
Ya
no la harás feliz sobre la tierra,
Deposita
el recuerdo de tus flores
Sobre
la fría loza que la encierra.
Es
tan santa la tumba de una madre,
Que
no hay al corazón lugar más santo,
Cuando
espina cruel tu alma taladre,
¡Ve
a derramar, allí, tu triste llanto!
(Heinrich Neuman)
Cómo
recuerdo que casi cada año llamaban a la misma hermosa jovencita porque la
decía con un fervor que al terminar todas las presentes estaban llorando, y yo
volteaba a verlas y a veces me convidaban de su melancolía.
Han pasado los años, me hice joven, me hice
esposa, me hice madre, y entonces comprendí las lágrimas que derramamos las
mujeres casi por cualquier cosa, el ver a nuestros pequeños que llevábamos en
nuestros vientres hacer algún progreso, nos llena de entusiasmo y de alegría,
cuando ellos participan en algún evento escolar nuestros ojos se cristalizan,
no dejamos de verlos, de admirarlos, al momento de convertirnos en mamás, nuestra naturaleza cambia, algo dentro de
nosotros no vuelve a ser igual, nos volvemos más valientes, más dispuestas a
dar todo por ellos, ser madre es partir el corazón en muchos pedazos y amar a
todos con la misma intensidad. Es amar más al que más nos necesita, es
desvelarnos con el que está enfermo, es arrodillarnos por aquel que se
encuentra descarriado y agradecer por el que alcanza logros.
Ser madre es tener
dentro de sí muchas cualidades y una capacidad de amar y perdonar increíble. Ser
madre es tener muchas personalidades dentro de sí, a veces somos el peor ogro y
otras la más tierna corderita. Ser madre es desvelarse y pasar muchas noches
completas pidiendo a Dios la protección para nuestros hijos, que por escuela o
trabajo se exponen constantemente a los peligros que actualmente acometen a
cualquiera.
En
esta fecha que celebrarán a la madre, la mía tiene muchos años que no está
físicamente presente, pero en el recuerdo de todos mis hermanos siempre figura
su presencia, sus enseñanzas, su ejemplo porque ella no era una mujer muy
preparada pero puedo decir que fue letrada, porque ella siempre corrigió
nuestra ortografía y le encantaba que le leyéramos y cuando escuchaba una frase
incoherente nos hacía repetir hasta que le parecía que era la correcta.
Cuánto
extraño a mi madre, pero veo que dentro de nosotros sus hijos se ha perpetuado
su herencia, que no es una herencia de tesoros materiales, sino una herencia de
Servicio al prójimo, una herencia de tener palabra y saber que ésta vale más
que una firma en un papel, en fin muchas cosas tanto que todos mis hermanos
tenemos una frase para ella para Adelita : “Cuanto bien sembraste, con tan poca
tierra”.
Vaya mi cariño a mi madre y a todas esas mujeres importantes en mi
vida, que con su cariño y ejemplo me hicieron una mujer de fe, de valor, de
esperanza, nunca las olvidaré y de hecho no menciono a ninguna porque podría
olvidar a alguna y sería injusta.
Feliz
Día hermosas mujeres que han tenido la dicha de ser madres, y también a
aquéllas que se les negó llenar su nido pero tuvieron suficiente amor para dar a
quien no nació en su vientre pero si en el corazón.
Vaya
mi solidaridad para aquéllas madres que les han arrancado a sus hijos la maldad
y la inseguridad, y quisiera prometerles que en esta vida se les ha privado de
ellos, pero les aseguro que Dios les permitirá tenerlos junto a ustedes para
siempre.
PORQUE
HABLAR DE UNA MADRE ES HABLAR DE UN SER QUE DEJA DE SENTIR Y VER POR SÍ MISMO Y
EMPIEZA A VIVIR Y A SENTIR POR SUS RETOÑOS.
FELICIDADES A TODAS.
CON AMOR : Araceli Canaán de Guevara
