A veces pienso que mi cocina está
llena de memes: expectativa – realidad.
Esta
semana inspirada por las vacaciones y las calles abarrotadas de vendedores de
mangos con chile, decidí alterar una
receta de gelatina de fresas y chamoy. Error número uno. Yo pensé que si cambiaba de fruta, el resultado no se alteraría.
La receta no era realmente
complicada, pero caí en el canto de las sirenas improvisadoras, elegí la piña, más barata, fresca y el sabor
se mezclaría perfectamente.
Prepare todo para comenzar a
cocinar, tenía una piña de aproximadamente 1k, pelada y en cubos lista para
agregarla a dos sobres de gelatina de sabor
piña y un litro de agua, según mis cálculos, los dos sobres serían más
que suficiente para cuajar la dichosa
gelatina. Todo estaba súper, puse los cubos de piña en el refractario, la gelatina disolviéndose en el agua, nada podía salir
mal, por lo menos eso fue lo que pensé. Esta receta se divide en dos partes, en
la primera van los ingredientes que ya mencione y en la segunda va una taza de
agua, dos tazas de chamoy, 4 cucharadas soperas
de chile Tajín , 4 cucharas soperas de chile en polvo o miguelito y 3
cucharadas soperas de grenetina.
Metí la gelatina al
refrigerador, la vi más aguada que de costumbre pero la verdad es que no le
tome demasiada importancia.
Me desperté al día siguiente
lista para ponerle la segunda capa de gelatina…. Toda mi emoción desapareció
cuando mi mamá (que se había levantado
antes) me dijo que ya la había revisado
y seguía igual de liquida, fui a verificar lo que me habían dicho porque pensé
que era una broma, en mi mente repase la receta y no había nada malo.
Un poco decepcionada, decidí
vaciar todo en una olla de nuevo y ponerlo a hervir, pero esta vez con la piña,
agregué 3 cucharadas soperas más de grenetina, la deje hervir unos 5 min. Como
debíamos salir, dejé en el refrigerador y me fui. Por la tarde platicando con
mi tía me dijo que ella le había pasado lo mismo, había puesto dos sobres de
grenetina a un litro de agua y había estado toda la noche en el refrigerador,
pensamos en distintas posibilidades,
pero llegamos a la misma conclusión: esto era lo más raro que nos había
sucedido, digo si le pasa a una persona piensas que es un hecho aislado, pero
si son dos personas, el mismo día, el polvo para gelatina recién comprado y el
mismo tiempo, suena rarísimo.
Por la noche llegue a mi casa
y mientras me dirigía a ver si mi agua de piña chilosa por fin había cuajado;
mi papá bajaba las escaleras a su cuarto
y dijo: ¿no sienten que aquí abajo huele a cigarro? Lo cual es raro porque
nadie en mi casa fuma, además en el piso de abajo solo dormimos: mi papá, mi
mamá, mi perro Stich y yo, así que si descartábamos a mi papa quien había
dicho, solo quedábamos mi mamá, Stich y yo, mi mamá quedaba descalificada
porque mi papá se hubiera dado cuenta si
ella fumara, sólo quedábamos Stich mi pastor alemán y yo.
Estaba segura de que no era
yo, mi hermano se acercó a mi perro y dijo: es él, Stich huele a cigarro.
Ya me veía yo llevando a mi
perro a un centro de ayuda para fumadores:
Hola soy Ilse Barco, tengo 23
años y mi perro Stich es fumador.
Hahahaha
Después del alboroto causado
por Stich, quien se revuelca en las cenizas de las fogatas, revise mi gelatina
y por fin después de más de 24 horas, la primera parte de mi gelatina había
cuajado, por fin podía preparar la gelatina picosita.
Pique un poco la primera capa
de gelatina, para que penetrara un poco el sabor, después agregue la segunda
capa y la deje toda la noche, esta mañana
por fin estaba lista mi gelatina.
Les recomiendo servirla con un
poco de chamoy en la parte de arriba, gomi-gusanos enchilados y cualquier dulce picosito.
Pueden ver la foto de la
gelatina en mi Instagram (https://www.instagram.com/nikte_bateau/ ),
donde cada semana les posteo una foto de mi nueva creación.
Así que nos leemos la próxima semana, no sé qué nueva receta ensuciara mi cocina pero tengan
por seguro que les contare mis
desastrosas pero divertidas anécdotas… deséenme suerte.
Por Ilse Barco.
*Las ideas plasmadas en los artículos, son responsabilidad de quien las escribe*.
Au revoir
