En unos días celebraremos el
Día del niño en México, éste festejo fue institucionalizado hace 65 años por la
ONU y oficialmente se considera el 20 de Noviembre, pero cada País quedó en
libertad de celebrarlo como mejor le pareciera. Por lo que nuestro País lo hace
el 30 de abril.
Al ver el mundo en que vivimos
y sumergirnos en la historia nos damos cuenta que realmente los infantes son
algo con lo que se lucra o se involucra debido a la importancia que ellos
tienen en la vida, recordando un hecho en la Biblia, cuando dos mujeres se
presentaron ante el Sabio Rey Salomón reclamando ambas la maternidad de un
pequeño, el Rey dictaminó partir al pequeño en 2 y dar a cada mujer una parte,
la que no era la acepto a proposición
inmediatamente, pero la verdadera madre cedía su parte con tal de salvar a su
hijo, de esta manera el rey Salomón pudo reconocer el amor verdadero y entregar
al pequeño a quien pertenecía; en otra parte cuando el Rey Herodes vio
comprometido su reino, no se tentó el corazón y mandó a matar a todo niño de
dos años para abajo para asegurarse que dentro de ellos terminaría con la vida
del Rey de Reyes y Señor de Señores, situación que tal vez fue la causante del dolor que padeció antes de
morir al recordar que su ambición lo llevó a quitar la vida a cientos de seres
inocentes.
Es increíble pensar que ser
alguno que ha convivido con un pequeñito
sea capaz de causarle daño alguno, realmente los niños son magia, son amor, son
pureza, son esperanza, son todo lo bueno y bello que la vida puede ofrecernos,
cuando ellos nacen vienen en un estado de inocencia y pureza magnífico, pero
debido a la crianza que reciben van cambiando esa naturaleza con que son
dotados por otros elementos que sus progenitores les heredan o promueven.
A veces hacemos de nuestros
hijos unos tiranos exigentes, les damos todo lo que desean no importando que
ello nos haga contraer algunas deudas que se vuelven impagables y luego vienen
los reproches contra ellos que sólo piden pero nosotros somos quienes les damos,
muchas veces porque la necesidad de trabajar nos aleja de casa, queremos
compensar nuestra ausencia llenándoles de cosas materiales que aunque buenas no
llenan esa ausencia de cercanía y cariño que los niños necesitan para
desarrollarse en un ambiente propicio
para desarrollar todas las capacidades que un niño posee.
Existen ensayos donde muestran
que los hijos valoran el calor y el amor de sus padres con mayor intensidad que
cualquier posesión material, los padres nos convertimos en los héroes de nuestros
hijos, en el ser que más desean imitar, muchas veces nos sorprendemos al vernos
reflejados en ellos, hace unos días cuidamos una pequeñas en el hogar y nos
llamó la atención la manera en que una pequeña de 9 años corregía a su
hermanita de 3, realmente parecía una adulta enojona, y sin querer ser una
metiche pudimos percibir la manera en que su mami les habla porque la niña
actuaba con tal naturalidad, y expresaba frases de esta niña me tiene harta, no
la soporto, y otras más que nos causaron risa, pero ya meditando más
profundamente se da uno cuenta de que los niños cuando tengan sus propios
hogares llevarán un modelo que tal vez no sea muy propio para ellos.
Sería interesante meditar un
poco sobre todo los que tenemos hijos o nietos pequeños en la manera en que
estamos guiándolos para enfrentarse a un mundo cada día más difícil, poca
importancia tendrá realmente la herencia material que pudiéramos dejarles pues
esa en un momento pueden despilfarrarla, pero la herencia de valores, de
esforzarse en la vida por lo que quieran, de luchar con fuerza y esperanza por
sus ideales, de ser personas útiles y buenas para la Sociedad tendrá un valor
incalculable.
Este día del niño (bueno y
siempre) procura hacer sentir a tus pequeños como lo que son, seres maravillosos,
personitas especiales que con su sonrisa espontánea y pasar sus bracitos por tu
cuello te hacen sentir que todo está bien y que todo vale la pena, en lo posible evita reprocharle el formar
parte de tu familia, el escándalo y los trabajos que te hace pasar, lo
insoportable que es y que su llegada te ha limitado realizarte plenamente.
Las cicatrices en el alma y la mente de un niño no pueden borrarse con
facilidad, así que si tú le has dado lo mejor de ti, y agradeces a Dios la
magnífica oportunidad de tenerlos en tu vida, ten la seguridad que ellos serán
personas de bien, y si alguna vez se desvían un poco del camino, siempre tu
amor y tu ejemplo los harán retomar su vida y encaminarla hacía el bien.
PORQUE UN NIÑO CON SU MIRADA Y
SONRISA ILUMINA NUESTRO MUNDO, NOS ALIENTA Y NOS HACE SENTIR QUE TODO ESTARÁ
BIEN A PESAR DE TODO.
ARACELI CANAAN DE GUEVARA