Cuando era pequeña y pensaba en san Valentín,
lo asociaba completamente con Pepe le pew el zorrillo de las caricaturas, ahora
que soy mucho mayor, también pienso en él cuándo veo la ciudad cubierta en rojo
y tonos de rosa, calles inundadas con globos y peluches de tamaños exagerados,
adoro esta época, sobre todo porque es 4 días antes de mi cumpleaños y ¡recibo
doble regalo! Haha.
Pero dejando los regalos de
lado, es como una mini navidad, porque a pesar de que no tengas una pareja sentimental en ese
momento, es un la excusa perfecta para reunirte con los amigos, dar pequeños
detalles y demostrarle al mundo el cursi interior que todos llevamos.
Pero si eres un anti-cupido
también es un buen momento para salir a explotar los globos del montón de
parejitas que andan por allí haha.
Inspirada en lo empalagoso que
es Pepe le pew, decidí hacer unas galletas de chispas de chocolate que son
perfectas para los cursis y los antis-cupidos, no hay nada mejor que una
galleta recién horneada, chocolate y un vaso de leche con tu persona favorita
en todo el universo o lo reconfortante que es después de un largo día viendo el
amor a tu alrededor y no siendo parte de ello, bueno ya saben, en mi imaginación
las cosas salen perfectas y en la realidad algo siempre sale mal.
Conseguí una receta para
galletas caseras de chispas de chocolate o trozos de chocolate, bueno la chica del tutorial prometía que era imposible
que estas salieran mal, pero bueno ella no me conoce haha.
Todo iba realmente bien, para
quien me conoce, sabe que hago todo con música y cocinar no es excepción así
que al ritmo de slow dancing in a burning room de John-la cita de mis sueños-Mayer y Mary de mis musos los Kings of Leon
comencé, preparé los ingredientes sin variar ni uno solo… o bueno esa era mi
meta porque para empezar no tengo
batidor de globo así que improvise y
utilice el de mi batidora (bueno la de mi mamá, que me he adueñado) en la receta comentaban que el azúcar
moscabada era el ingrediente secreto de estas galletas ya que al tener los
granos más gruesos y puros dejaban una textura suave en las galletas sin quitarle lo crujiente.
Estaba inspirada y juro que
puse todo mi corazón en ellas, la cocina tenía un aroma indescriptible y tres
docenas de galletas estaban en el horno, además como estaba tan inspirada le puse a la última docena almendras y nueces
picadas para que le dieran el plus.
Cuando la primera charola salió
me di cuenta que algo había salido mal, no habían esponjado los suficiente (la
maldición de la esponjosidad parte 2) pero no me decepcione porque, rayos olían
a cielo jaja, tomé una y aún estaba caliente así que estaba suavecita y deliciosa.
La pesadilla comenzó cuando se
enfriaron y llego mi familia, porque yo estaba cual mamá viendo a su pequeño
(disfrazado de abejorro amorfo) en el festival
de primavera, habían quedado realmente estéticas y las tenía aun en la charola,
así que mi mamá fue la primera en tomar una y bueno que les cuento.. Casi dejó
un diente allí. Incrédula, agarre una y bueno sucedió lo mismo, estaban
riquísimas (un poco dulces para mi gusto) no estaban tan duras... Algunas haha así
que remojé unas con un vaso de leche y estaban perfectas.
Al día siguiente mi hermano se
llevó algunas a la escuela, él decía que eran para defenderse de un posible
asalto y es de esa manera como mis galletas románticas se volvieron una arma.
Y eso no fue lo peor… sus
compañeros de clase le dijeron: bueno están ricas pero es imposible comerlas.
Sobrevivieron a su mochila y
regreso con una casi entera. A pesar de sus quejas las galletas se terminaron.
Pasen un lindo san Valentín, e
inspirada en el bestiario de Cortázar les puedo decir que lo importante es
sentir amor hasta vomitar conejitos.
Siguiendo con el mini especial
de san valentin les contare como me va con el brownie de chocolate …. Deséenme
suerte
Au revoir
Por Ilse Barco.
*Las ideas plasmadas en los artículos, son responsabilidad de quien las escribe*-
