La niña camina por el rincón de un bosque oscuro. Ella
sabe que ahí habita un gran dragón. Se perdió por el gran camino y termino ahí,
perdida y sin rumbo. Su mayor miedo no es estar perdida, es encontrarse al gran
dragón. Ella siempre había escuchado sobre las historias de los dragones, eran
algo malvado, eran algo a lo que todo el mundo tenía miedo.
La niña llego a un
paraje en medio del bosque. Se quedó estática al ver que ahí descansaba el gran
dragón. ¿Qué podía hacer? El dragón abrió los ojos y la vio frente a él. La
niña respiro profundamente y camino hacia el dragón, este la miraba con ojos de
incredulidad al ver lo que hacía.
-¿Por qué no corres
niña?- Pregunto el Dragón -¿No sabes quién soy?
-Sé quién eres. ¿Serviría
de algo correr? Soy pequeña, si corro es muy seguro que me alcanzarías rápidamente.
¿Por qué me atacarías?
-Soy un dragón, es lo
que hago. ¿No has escuchado que soy malvado?
-Lo he escuchado.
¿Realmente eres así? No pareces malo.
-¿No tienes miedo?
-Sí, lo tengo. Pero es
mejor enfrentar los miedos en vez de huir de ellos. Si huimos, tarde o temprano
nos alcanzaran esos miedos. Mejor es aceptar lo que tenga que pasar.
-Eres sabía pequeña.
Ven niña, sube a mi espalda. Te llevare a la salida que lleva a tu casa. Hoy me
has enseñado algo maravilloso.
-¿Qué eso que
aprendiste?
-Que siempre había
tenido miedo a los humanos, siempre creí que eran malvados. Pero gracias a ti,
pequeña niña, aprendí que no todos los humanos son malos. Muchos hacen lo que
nosotros, temen a lo desconocido y por eso atacan. No son malos, solo les hace un
poco de luz, de alguien que los guie en esta vida de oscuridad, de alguien que
les dé esperanza de ser mejores, de vivir en paz, de vivir bien.
“No es que exista gente malvada, es solo que a veces
el miedo los domina” J.M.
Por Jomer Malaya.
*Las ideas plasmadas en los artículos, son responsabilidad de quien las escribe*.
