-¡Todo iba bien!- Comentaba la dulzura en un
rinconcito del monte de los Recuerdos. –El pueblo estaba tranquilo hasta que
llego ella, parecía inofensiva, incapaz de lastimar. Pero comenzó a poner
horarios, a usar agendas, a establecer horas de salida y de llegada. Ella
parecía tan inofensiva, ella era la Rutina. Y un día decidió que el Amor ya no
era capaz de gobernar el pueblo, quería derrocarlo del poder y comenzó a llamar
a sus amigos: Los Sentimientos negativos.
Los primeros en llegar
al pueblo fueron la Falta de Comunicación y la Envidia, y juntos se fueron
adueñando de una buena parte del pueblo. Luego llegaron otros inquilinos, la
Duda junto con sus hijos los Celos. Poco a poco el amor y los Buenos Sentimientos
fueron perdiendo terreno. Se comenzó una batalla muy cruel, en donde perdimos a
muchos y otros como yo, simplemente huimos a otros terrenos.
El Perdón lucho
valientemente, pero perdió ante el Reclamo y la Memoria de Errores Pasados.
Comunicación perdió ante el Silencio y los Gestos Negativos. La ira daño
terriblemente a la ternura, e hizo que yo, la dulzura escapara del pueblo. Y
así poco a poco se fue perdiendo la batalla. Cuando caía uno de los nuestros,
ellos llamaban a más refuerzos. Se les unió la Ira, la Lujuria, la Tentación,
la Discordia, la Apatía.
Aún a pesar del negro
panorama, el Amor luchaba valientemente. Nunca estuvo solo, luchaba codo a codo
con sus fieles aliados: La Paciencia, La Comprensión, La Misericordia y la
Esperanza. Eran pocos, pero eran fuertes. Día a día luchaban para que los Malos
Sentimientos fueran derrotados. El asombro fue un gran aliado en esta larga
lucha, le dio muchos buenos golpes a la Rutina e hizo que el Miedo retrocediera
unos pasos. Parecía que avanzamos en la reconquista del pueblo, pero no nos
dimos cuenta que alguien más llego. Y de repente un día, el Amor fue víctima de
la Traición que lo dejo mal herido y el Egoísmo dio la puñalada final. Como los
cobardes, mataron al Amor a traición, por la espalda.
Perdimos el pueblo, los
nuevos gobernantes llegaron al Poder. No fue la Rutina, los nuevos gobernadores
del pueblo fueron la Amargura y el Dolor, haciéndole segunda la Tristeza y la
Perdición.-
En el rostro de dulzura
se veía por primera vez la tristeza. ¿Todo estaba realmente perdido? ¿Había
forma alguna de recuperar lo perdido? Aún sigue la guerra, hay nuevos aliados:
la Fe, la Caridad y la Esperanza que nunca muere. ¿Quién ganara? Eso depende de
Ti.
Por Jomer Malaya.
*Las ideas plasmadas en los artículos, son responsabilidad de quien las escribe*.
