Resulta un poco irónico que el
nombre del equipo de fútbol de mi ciudad se llame “Los arroceros de Cuautla” y
a mí no me salga bien el arroz.
Así como lo leen, fracasé en
la receta de esta semana. Al iniciar la semana todo iba bien, platiqué con mi
mamá, no solo sería arroz blanco sin complicación, seria arroz rojo, con
zanahorias y chicharos para que se viera aún más rico. Porque en mi mundo ideal
saldría del fuego y bum se vería tan hermoso como si fuera una fotografía para
revista de cocina. No solo eso, además el aroma seria delicioso.
Tenía todos los ingredientes,
no quería volver a fallar y la mejor forma de iniciar era no dejarme llevar ¡por
el canto de las sirenas improvisadoras! jajaja.
Así que, comencé con lavar las
zanahorias. En todo el proceso mi mamá estuvo conmigo explicándome que se debía hacer y ayudándome
a hacer algunas cosas, pusimos el arroz
al fuego en lo que terminaba de pelar y picar las zanahorias, porque como
mujeres modernas compramos los chicharos pelados ¡ja!, como parte
de la explicación me dijo mi mamá que no
debía mover demasiado el arroz con el caldillo de jitomate para que el arroz no
se quebrara, también que lo mejor de todo era medidas para que fuera una receta
algo fija y que siempre pudiera seguir, así que la regla era dos medidas de
líquido por una de arroz.
Dejamos que la mezcla se comenzara a cocer y justo antes
de que estuviera por completo apagamos el fuego, le pusimos una capa de papel
aluminio y tapamos el arroz para que terminara de cocerse con el calor que
tenía dentro.
Continuamos haciendo nuestras
labores en la casa y ninguna de las dos revisó el arroz, así que SORPRESA para
la hora de la comida, cuando mi mamá comenzó a servir, se dio cuenta de que
estaba batido, algunas partes estaban un poco pegadas a la cacerola y unos
pocos granos de arroz aún se encontraban un poco crudos.
Después de un rato de
decepción, comenzamos a reírnos de lo que sucedió, después de todo no siempre
las cosas suceden como lo planeas y el sabor era realmente bueno, su aspecto no,
pero el sabor era delicioso además de eso digamos que a mí me gusta el arroz un
poco batido, no me gusta el arroz seco ¡buagh!
En esta próxima semana voy a contarles de mi aventura
en la clase de almacenamiento de
alimentos…. Deséenme suerte
Au revoir
Por Ilse Barco.
*Las ideas plasmadas en los artículos, son responsabilidad de quien las escribe*.
