Dicen que
una de las virtudes más importantes de las personas es el ser agradecido, esa
característica hace una diferencia muy grande, de hecho cuando el Señor Jesús
iba camino a Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea, diez leprosos suplicaron por misericordia al
Maestro, y al indicarles lo que tenían que hacer camino hacia allá fueron
sanados los diez, uno de ellos al ver
que se había concedido su petición regresó dando GRACIAS a Jesús, siendo éste
un Samaritano.
El Señor
preguntó “¿no fueron diez los que fueron limpiados? Y los nueve, ¿dónde están?”, esa es una
muestra de ingratitud, una vez que las personas reciben lo que necesitan se
olvidan de agradecer.
Una plática
sostenida esta semana con una persona adulta mayor, se me quedó muy grabada y
no me ha dejado descansar y por ello decidí escribir acerca de esto. Le
preguntaba al Señor como le había ido el fin de Año y como estaba empezando
este nuevo año, el señor movió la cabeza y me empezó a contar una serie de
situaciones negativas que le habían acontecido, algunas enfermedades nuevas en
su familia, algunos problemas y también la poca mejoría que su esposa había
tenido en estos días, ella se encuentra enferma ya de hace unos 3 años, lo que
conmovió más mi corazón fue cuando me empezó a narrar el abandono de sus hijos
hacia ellos, uno por estar en el extranjero no puede verlos seguido y los que
se encuentran por aquí cerca están llenos de ocupaciones y compromisos, me dijo
“usted cree que mi hijo ni siquiera me llamó este 24 ni 31, me dijo que estaba
ocupado y cuando mi nieta llegó a visitarnos prendió su celular y empecé a oír
mucho alboroto y le dije ‘¿que ves?’ y ella me contestó mostrándome su teléfono,
‘es mi tío’, y entonces, señora, vi a mi hijo disfrutando éstas fiestas, se le
veía contento celebrando y bailando y volví mi rostro a ver a mi viejita toda
abandonada y entonces pensé ¿y para nosotros no hay tiempo? ¿Sabe?, hace como 6
meses vino a casa a visitarnos y nos trajo una pierna y un muslo de pollo, él
cree que eso es suficiente y mire yo prefería que viniera más seguido, aunque
no nos trajera nada”
Luego empezó
a llorar y mi corazón más se estremeció, cuando me empezó a decir que el de más
joven tuvo 7 cirugías y su esposa tenía que acompañarlo y dejaban encargados a
los hijos y que eso es lo que ahora le reprochan sus hijos su abandono forzado,
lo miré y sólo alcancé a decirle que le pidiera a Dios ablandara el corazón de
sus hijos para que aprovecharan la oportunidad de tener a sus padres con vida.
Una
servidora tiene tiempo que los despidió y conserva la esperanza de volver a
estar con ellos, pero si tuviera la oportunidad de tenerlos aquí trataría de
ser más cariñosa, más agradecida, reconocería más su sacrificio y cariño, bien
decía una persona, una madre sirvió para criar 10 hijos, pero 10 hijos no
sirven para atender una madre, yo no estoy juzgando, estoy tratando de
reflexionar en cuanto a este tema en general, la gratitud primero hacia Dios
que nos ha dado todo, luego hacia nuestros padres y en fin en general.
Muchos de
los males de estos tiempos es que hemos dejado de reconocer lo que muchas
personas hacen por nosotros, el creer que todo lo merecemos hace que seamos
desagradecidos, si pudiéramos ponernos por un momento a reflexionar ¿por qué? o
¿qué debemos agradecer?, nuestro panorama cambiaría un poco, podríamos ser más
felices y también utilizaríamos más tiempo en servir y ayudar a otros, aunque
la vida parece girar más rápido y existen un sinfín de compromisos, siempre es
bueno tomarse un tiempo y pensar en los demás, nadie sabe en qué momento
nosotros necesitemos de la ayuda de otras personas, el SER AGRADECIDO además de
ser una virtud es de buena cuna, pero el ser DESAGRADECIDO es una
característica de personas sin educación.
Si tienes
oportunidad agradece cada día todo lo que recibes, porque aunque tu consideres
que has recibido poco la Vida en sí es un regalo invaluable, no seas ingrato,
no te cuesta nada ser agradecido, darás al receptor una alegría y tu propio
corazón se volverá más noble.
LA
INGRATITUD, SOBRE A TODO A LOS PADRES CALA AL ESPÍRITU COMO EL FRÍO A LOS
HUESOS, POR OTRO LADO LA GRATITUD LLENA DE DÍAS SOLEADOS LA SOLEDAD DE LOS
ANCIANOS.
CON CARIÑO GRACIAS.
Por Araceli Canaan.
*Las ideas plasmadas en los artículos, son responsabilidad de quien los escribe*.