Estamos
en la época más bonita de la vida, se acerca la Navidad, todo se llena de
hermosos y brillantes colores, hay luz por doquier, la gente parece
sensibilizarse y sonríe un poco más, abraza más, expresa buenos deseos. En fin,
haciendo una introspección reflexionaba acerca de esto, ¿qué es lo que causa
tal efecto en nosotros? ¿qué nos motiva a actuar de ésa manera? Y es innegable
que ese pequeño nacido en Belém de Judea hace más de 2000 años causa un efecto
en la mente, el ánimo y los sentimientos de las personas. Ese pequeño que irrumpió a la vida en
condiciones humildes ( y no porque sus padres no pudieran pagar un mesón) sino
porque no había lugar para ellos, entre balidos de ovejas, cabras, corderos,
etc. Vio la primera luz del día y su llanto se confundió con el de los
animalitos que atestiguaron su llegada al mundo. Fueron concursos de ángeles
los que anunciaron a humildes pastores tan maravilloso acontecimiento, tal vez
sólo ellos fueron capaces de percibir tan magno acto debido a que se
encontraban lejos del bullicio ocupados en el cuidado de sus animalitos,
inmediatamente siguieron la estrella y llegaron a arrodillarse ante el Rey de
Reyes y Señor de Señores. La noche silente fue testigo de esto, pero ¿qué hace
que ese Ser tan maravilloso haga nacer en nosotros tan bellos y nobles
sentimientos? ¿Puede alguien que no sea un Dios regalar Amor, esperanza y
Salvación a los mortales?, definitivamente no, sólo él es capaz de sacar lo
mejor de un hombre (y de una mujer por supuesto).
Su
nacimiento ha marcado hasta la vida porque todo se cuenta A.C y D.C, pero
independientemente de este suceso hay un hecho cuyo efecto trae esperanza,
vida, salvación y resurrección, Jesús tuvo una vida dedicada al estudio, a
estar en los negocios de su Padre, se atrevió a enseñar a los doctores de la
Ley en el templo, a dar Servicio y amor a los desprotegidos, a dar de sus dones de vida y de misericordia
a los desvalidos, pero no hay amor más grande que el que mostró para ir a
Getsemaní a expiar los pecados de todo el género humano, esa ha sido la máxima
expresión de amor que haya existido o pueda existir. El pago el precio con su sangre preciosa.
Pero
lo sucedido hace tanto tiempo y en un lugar tan lejano como puede brindarnos la
oportunidad de seguir participando y celebrando ese acontecimiento tan
impactante, ¿cómo podemos compensar o celebrar su nacimiento? ¿Qué puedo hacer
personalmente para mostrar mi gratitud por todo cuanto dio y continúa dando?
¿qué clase de regalo puedo hacerle para que sienta que su vida ha impactado la
mía y que su sacrificio no fue en vano?
Meditando
al respecto me remito al Nuevo Testamento en Mateo 25 donde el habla acerca de
nuestro deber para con los más débiles; “Porque tuve hambre, y me disteis de
comer; tuve sed y me disteis de beber; fui forastero y me recogisteis; estuve
desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; estuve en la cárcel y
vinisteis a mí…. En cuanto lo hicisteis a uno de estos, mis hermanos más
pequeños, a mi lo hicisteis…”35-36;40.
Realmente
nadie puede personalmente dar un presente a Jesucristo, nadie puede llevarle
nada a un determinado lugar, pero como lo ha expresado, es a los más débiles a
los que nosotros servimos que lo representan.
Si
verdaderamente deseas dar al Salvador un pequeño obsequio, voltea a mirar a tu
alrededor, si observas hay muchas personas enfermas, desconsoladas, faltas de
fe y esperanza, muchos han perdido seres amados, otros han perdido su trabajo,
se han divorciado, están desalentados, no tienen con quien cenar esta Navidad,
otros no carecen de nada económico pero necesitan una mano amiga y un oído
presto para escuchar, un saludo y un abrazo que les de la idea de que tienen un
hombro donde descansar la cabeza, son tantas y tantas las maneras en que puedes
servir, porque para muchos la Navidad son regalos, compras, comida, paseos,
gastos, adornos, luces, borrachera, pero para su servidora, la Navidad es Amor,
es Servicio, es dar, porque es mentira que al dar se nos acaba pues cuanto más
damos más recibimos.
Este
año TU PUEDES HACER LA DIFERENCIA, puedes decidir dar algo más que cosas
materiales, puedes dar un poquito de tu tiempo, puedes hacer un lugar en tu
mesa para alguien que se encuentra solo, puedes orar por los desvalidos, TU PUEDES
DONAR, TU PUEDES COMPARTIR.
Volviendo
los ojos atrás no puedo dejar de ver los ejemplos de amor y servicio que Jesús
hizo, el no buscó los pretextos que nosotros buscamos, no busco excusas, el
aprovecho las oportunidades y dio sin medida y sin precio.
Si
este año realmente quieres tener una Navidad diferente TU PUEDES HACER LA
DIFERENCIA, busca porque siempre habrá alguien a quien dar y a quien amar y entonces en la Cena de
Celebración podrás decir gracias Señor por permitirme compartir de lo mucho que
me has dado, espero que el regalo que te di te haya gustado porque yo a través
de otros te he amado.
NAVIDAD,
NAVIDAD QUE FELICIDAD
HA
NACIDO EL REDENTOR DE LA HUMANIDAD
NAVIDAD,
NAVIDAD TUVO QUE MORIR
PARA
MIS CULPAS Y PECADOS PODER REDIMIR.
Por Araceli Canaan de Guevara.
*Las ideas plasmadas en los artículos, son responsabilidad de quien las escribe*.
