Los principales ingredientes
para esta receta son: un par de brazos fuertes y paciencia.
Una receta que era casi obligatoria para realizar
en esta época, es el tradicional pan de muerto. En México, contamos con una riqueza cultural y gastronómica
increíble, la mezcla perfecta de las dos se ve plasmada en el día de muertos, donde se acostumbra honrar a nuestros seres
queridos que han pasado a formar parte
de la eternidad, honrándolos con un altar en el cual se acostumbra poner
comida típica mexicana como: mole verde y rojo, mandarinas, naranjas, dulce de
calabaza , agua, entre otros, pero lo más representativo de la época es el pan
de muerto y a lo largo de mi vida he probado desde el pan básico con un poco de
canela, hasta el pan hecho con chocolate Hershey’s, así que dije: ¿por qué no?
Ingredientes:
3 tazas de harina de trigo
¾ de taza de azúcar
1 barra de 90 gr de
mantequilla
1 cdita de vainilla
1 cdita de sal
15 gr de levadura seca (en
polvo)
2 huevos
1 taza de leche
Saborizante de naranja o
ralladura de naranja
Todo se leía muy sencillo, solo tenía que
revolver todo, amasar y amasar...
Primero debía revolver los ingredientes secos, separando solo la levadura para revolver con
un poco de leche tibia, 2 cucharadas de azúcar y 2 cucharadas de harina de trigo. Esa mezcla se separa en un
recipiente aparte y se pone arriba del horno, este se debe encender para que la
cocina se mantenga calientita y para que la levadura crezca, pero en la receta
no decía que la mezcla iba a crecer tanto, ¡ni tampoco decía que iba a oler
terrible!
Poco a poco fui agregando los
elementos líquidos, primero pensé que sería muy fácil hacer en el recipiente,
pero ¡NO! La mezcla estaba pegajosa y se
metía en mis uñas, así que la puse en la barra, en contacto directo con el
azulejo, el de mi casa tiene cuadritos y ¡oh! Mala idea, se pegaba en las hendiduras
y costaba muchísimo más trabajo. Por último, decidí amasarla en una placa de
madera que por lo regular usa mi mamá para amasar (si, tabla para amasar es
bueno, obvió que debí darme cuenta antes) una vez que tuve la tabla fue
muchísimo más sencillo, pero no fácil. Después de amasar como por 10 minutos me
dolían a horrores los brazos y dije ¿por qué no ponerle más mantequilla? (mi
mamá, quien ya había hecho este pan días antes, dijo que sería más rico si
fuera un pan de mantequilla. Cabe mencionar que mi madre me dejo morir sola en
mi intento de hacer pan de muerto, quizás no ha pensado en la posibilidad de
que incendie o intoxique a la familia con mi cocina) así que agregue la barra
completa de mantequilla y tuve que volver a amasar porque en un tutorial que vi
la chica amasaba como por 30 minutos, dejaba reposar y otra vez amasaba y estoy
segura de que la chica tenía unos brazos envidiables.
Cuando la masa dejo de estar pegajosa y comenzaba a
verse como la de un comercial de cocina, me di cuenta de que no había agregado la mezcla “mágica” que haría que el pan esponjara.
Una recomendación que les
puedo dar es que pongan la mezcla de levadura en un recipiente que sea como
tres veces su tamaño, porque si no, se les va a regar la mezcla… como me paso a
mí. Además, otro tip es que si quieren
que su volcán de papel mache haga una explosión extraordinaria, usen esta
mezcla, hará una erupción pegajosa que acabara con el pueblecillo que hagan alrededor
del volcán eso o dejará un poco sucia la estufa… ¡ups!
Después hay que poner la
mezcla de levadura y amasar hasta que el futuro pan no se pegue en las manos y
no se puede agregar más harina… no hay que hacer trampa.
Después de un calambre de brazos hay que dejar
que la mezcla repose por mínimo media hora para que la masa doble su tamaño.
Pero después de media hora, mi
masa no subió tanto, pero no me desanime e hice las bolitas de pan con sus
respectivas bolitas, que representan los huesitos y hay que dejar reposar por
lo menos otros 40 minutos más.
Pero ¿qué creen? ¡Tampoco
crecieron!
Me di por vencida después de
dejarlos reposar otros 20 minutos y decidí que, si no había
crecido lo
suficiente en casi una hora, ya no iban a crecer más. Tome una brocha de
repostería (no seré la mejor cocinera, pero, me encantan los accesorios de cocina)
barnice con huevo la parte superior de los panes y espolvoree ajonjolí en cada
uno de ellos.
Hornee por aproximadamente 15 minutos,
durante el horneado si inflaron un poquito, sus huesitos de arriba se borraron,
pero el pan era realmente rico, sabía mucho a mantequilla, solo que no era tan esponjosito
como el que puedes encontrar en una panadería tradicional o el supermercado.
Después de todo me parece que
este fue un reto superado, el pan fue comestible, rico y nadie murió
intoxicado.
Por cierto, en el anterior
#OperaciónCocina les dije que podrían ver las fotos en mi Instagram, pero ¡no
les deje mi cuenta! Me pueden encontrar como Nikté Bateau donde encontraran mis
aventuras en operación cocina y muchas más.
Nos vemos el próximo sábado…
Donde hablaremos sobre las
supersticiones en la cocina. ¡Deséenme suerte!
Por Ilse
*Las ideas plasmadas en los artículos, son responsabilidad de quien las escribe*.

