Un
saludo a todos los amigos de CONECTADOS aquí
estoy de nuevo, compartiendo un artículo que encontré en la web, hoy les
presento el aporte de EDUADO FEINMANN quien retoma un tema ya tratado por
nuestras autoridades de salud nacional.
El
Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), informó que el 70 por ciento de los
mexicanos son obesos y con sobrepeso, por lo que exhortó a la Comisión de Salud
de la Cámara de Diputados que ordene la aplicación estricta de la regulación
que prohíbe la venta de alimentos chatarra en escuelas y alza de impuestos a
productos procesados.
Durante
una reunión de trabajo sobre “Políticas públicas en obesidad y sobrepeso”, Juan
Rivera Dommarco, representante del INSP sostuvo que los mexicanos viven en un
ambiente que promueve la obesidad e interfiere con una alimentación sana, ya
que es más fácil tomar refrescos que agua; comer productos grasosos y sabrosos
que ingerir una fruta o verdura.
“La
educación es necesaria, pero no suficiente, porque no hay disponibilidad de
alimentos frescos, pero sí pastelitos y refrescos; otro agravante para una
dieta balanceada es la falta de recursos de millones de familias sumidas en la
pobreza; la publicidad es la gran educadora” y se carece de campañas
gubernamentales que contrarresten su impacto", afirmó.
Por
ello, es relevante la regulación y la legislación. “El Poder Legislativo juega
un papel fundamental para que la alimentación saludable se convierta en una
opción viable, fácil de obtener y consumir. El marco jurídico debe facilitar
este acceso”, precisó.
Lamentó
la falta de aplicación de las regulaciones aprobadas para frenar la obesidad en
escuelas de educación pública. Lo atribuyó a que no se estableció al
responsable de aplicarlas, y “cuando se diluye la responsabilidad en un comité
escolar y no en un funcionario público, y se habla de sanciones en contra de
quien no cumpla, las cosas no funcionan”.
Advirtió
la falta de integración de las políticas públicas contra el sobrepeso y sugirió
restricciones publicitarias, ya que un pastelito procesado contiene 400
calorías, mientras una fruta entre 20 a 40 calorías por 100 gramos.
Por
ello, propuso que la industria no participe en el diseño de regulaciones,
porque se ha demostrado que no son claras, sencillas ni eficientes para
orientar un consumo saludable y balanceado.
Por su
parte, Alejandro Calvillo, a nombre de El Poder del Consumidor, señaló que el
etiquetado de alimentos es engañoso y confuso.
Refirió
que en la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios
(Cofepris), sólo tres funcionarios definieron los formatos y contenidos de
dichas etiquetas, dos eran abogados y uno especialista en medio ambiente.
No se
contó con un grupo de expertos en el sector alimenticio que lo diseñara, como
sucede en otras naciones. Por tanto, el etiquetado frontal lo logran entender
menos del 6 por ciento de los estudiantes de nutrición y los consumidores se
encuentran en absoluta indefensión.
Los
néctares, ejemplificó, carecen de una norma oficial mexicana que los regule,
pese a que contienen grandes cantidades de azúcar. Apuntó, además, graves
contradicciones entre la autorización nutricional y la aplicación de impuestos
por contener altos niveles de dulce, y pese a ello, se permite que sea
publicitado un producto como nutritivo.
Por Mario López.
*Las ideas plasmadas en los artículos, son responsabilidad de quien las escribe*.


