Algunas veces mientras estamos
scroleando en Facebook (dar hacia abajo con el mouse o el dedo en la pantalla)
nos encontramos con noticias o historias que más que dar interés son
ciertamente curiosas por lo tÃtulos que tienen, por ejemplo: “Las 5 peores
cosas que puedes comer antes de dormir en martes, la 3 la hago todo el tiempo”.
Es esperado que algunos tengan tÃtulos que estén pensados solamente para
registrar visitas en las páginas y sÃ, muchos son bastante convincentes (yo he
caÃdo en unos cuantos debo admitir). Y al momento de entrar a ver qué era lo
tan novedoso, perturbador o curioso que tenÃa la nota, resulta ser que al final
no era algo ni siquiera remotamente interesante.
Hace unos dÃas, me encontré mientras navegaba
por Facebook un tÃtulo parecido: “¡Observa como esta persona trata de negar la
educación de los niños!”, cosa que en un principio no me habÃa interesado en lo
más mÃnimo. No fue hasta que algunas amistades y familiares comenzaron a
etiquetarme en historias parecidas para que les echara un ojo, ahà me di cuenta
que serÃa mucho más profundo que una nota mal redactada y un video de pobre
calidad. Me encontré con una realidad que me trajo memorias escondidas de la
primaria y relatos que he escuchado alrededor de los años de estudiante y
profesional que he vivido. Para los que no conocen la Historia les hago un
recuento rápido: Resulta que una madre de familia (Presidenta de la sociedad de
padres de familia) en Tlapacoyan Ver, entró al salón de un profesor en la
Escuela Primaria Leona Vicario, según se presume en el video, para retirarle
los libros de texto gratuitos a los niños cuyos padre no habÃan pagado la cuota
voluntaria de ingreso a la escuela, el profesor le advierte a la señora varias
veces que está incurriendo en una falta contra los niños y la institución, la
señora procede a retirarle los libros a los niños sin importarle lo que el
profesor dice. Al dÃa siguiente, la señora dio una “Conferencia de prensa” en
donde declaró que levantarÃa una denuncia contra el profesor bajo los cargos de
acoso sexual, pues presume que expuso sus “partes traseras” en el video, ah y
claro por difamarla.
¿Cuántas veces no hemos escuchado
la misma historia? “El tesorero de la sociedad de padres se escapó con el
dinero… ya no habrá dÃa del niño”, “La presidenta de la sociedad de padres
dijo…”, etc. Pedagógicamente hablando, comprendo la necesidad del vÃnculo entre
padres de familia como una comunidad que trabaja y se esfuerza por mejorar la
escuela y sacar adelante a sus hijos, brindándoles mejores oportunidades como
equipo. Lo que me gustarÃa cuestionarme es: en nuestro paÃs, ¿qué tan
beneficioso es que los padres de familia “metan la cuchara” en asuntos
administrativos escolares? Creo que mientras en México no entendamos que la
escuela es un lugar para ser educados como ciudadanos y profesionistas,
personas de bien para la sociedad en beneficio de la misma, vamos a seguir
creyendo que la escuela funciona como un tipo de negocio. Ya tenemos suficiente
con las escuelas privadas vendiendo cuanta cosa se les ocurre poner de tÃtulo a
un proceso educativo de calidad, ahora los invito a imaginar un lugar donde una
persona aspira a ser director de una escuela por la posición social que este
tiene, por al aumento salarial y las horas de trabajo. ¿Y los niños? ¿Y los
chavos? Espero que un dÃa alguien los volteé a ver.
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leemos el próximo martes.
Por Chayo Orozco
*Las ideas escritas aquà son responsabilidad de quién las escribe*
