Lo que nos diferencia de algunas especies animales son los sentimientos de amor y comprensión que existen entre nosotros (los seres humanos), esa calidez y anhelo de que otros gocen de bienestar en todas sus expresiones, sea espiritual, social, mora, económico, etc.
Pero... ¿Que pasa cuando nosotros percibimos que algĆŗn individuo se encuentra en alguna circunstancia que le afecta en su persona? ese interĆ©s que llegamos a sentir que no tiene mas que el deseo de aminorar las cargas, nos mueve a acudir a Ć©l y prestarle auxilio, y dentro de lo posible empezamos a ayudar, esto es algo natural en algunas personas, el ser caritativo es parte de su forma de ser, y no los mueve otro interĆ©s que el de servir.
Existen personas que por su naturaleza son filĆ”ntropos, y ven en situaciones de carencia en algunos, una oportunidad de compartir parte de lo que Dios y la vida le han brindado, y no lo hacen por ego o reconocimiento, aunque implĆcitamente el compartir de nuestros bienes trae acompaƱado invariablemente un sentimiento de bienestar, de satisfacción, de alejarnos del egoĆsmo, y existe una especie de atracción por las cosas buenas del universo.
Al dar no perdemos, aquĆ las matemĆ”ticas funcionan al revĆ©s, entre mas damos, mas recibimos, pareciera que mas, no es menos sino mĆ”s, y asĆ se va sucediendo en diferentes etapas, vemos que especialmente MĆ©xico es un paĆs, cooperativista, siempre que ocurre una desgracia es posible ayudar a los afectados, gracias a ese buen corazón y nobles sentimientos del que gozan la mayorĆa de los mexicanos, pero eso es en lo general, pero yendo a algo mas cercano a nosotros, sucede que empezamos a ayudar a determinada persona, y lo hacemos con la mejor de las intenciones, y esta persona lo recibe bien, lo agradece, lo disfruta, pero en el momento en que por cualquier contratiempo o circunstancia ya no recibe de nosotros ni la misma atención ni la misma ayuda, empieza a molestarse, a sentir que la abandonamos, olvidĆ”ndose de las mĆŗltiples ocasiones en que fue favorecida por nosotros, y no puede recordar las veces en que se le apoyo, y a veces al recurrir nuevamente a solicitar algo, lo hace con un tono de reproche, como si en realidad nosotros tuviĆ©ramos la obligación de permanentemente estar resolviĆ©ndole sus problemas.
Algunas personas se olvidan que nosotros tambiƩn tenemos vida propia, que tambiƩn pasamos por nuestrospropio GetsemanƬ y que no es que de la noche a la maƱana nos volvamos malos, sino que aun las personas nobles a veces tienen que tomarse su tiempo para regenerar sus fuerzas, no juzguemos, no olvidemos las muchas veces que alguien nos ha dedicado parte de su tiempo o talentos.
Recuerdo a una anciana que nos visitaba cuando pequeƱos y al ver que algunas “amigas” abusaban de la nobleza de mi madre le decĆa, Adelita cuidado con fulanita, porque ella se estĆ encajando con usted y terminaba siempre diciendo, es bueno el encaje pero no tan ancho.
Mi idea de servicio es que cada dĆa de nuestra vida hagamos algo por alguien, no tiene que ser muy llamativo, puede ser discreto, dar una sonrisa no cuesta nada y mejora el aspecto de nuestro rostro, visitar a alguien que pasa por el dolor de haber perdido a un ser querido, convidar de nuestros alimentos a alguien que lo necesite, saludar a alguien de mano o darle una palmada parece tan sencillo pero puede ser tan significativo, barrerle la calle a un vecino, hacer un mandado a alguien que esta confinado en su hogar, hacer una notita de reconocimiento o de un simple saludo, participar de nuestras ganancias a alguien que sepamos pasa por un mal momento económico, hablar bien de los demĆ”s, etc., en verdad es tanto lo que podemos dar que al pensar en ello ustedes despertaran las ideas que pueden ser parte integral de su vida.
Mi reflexión final, nunca menosprecies el servicio que alguien te presta, recuerda que no esta en la obligación de hacerlo, lo hace porque quiere no perder esa parte divina con que se le doto, nunca olvides ser agradecido por lo que haz recibido, si ya no te favorecen o ya lo hicieron es de gente bien recordarlo.
Nunca esperes de los demĆ”s mas de lo que tu mismo no estas dispuesto a dar, y recuerda si quieres sentirte satisfecho al final del dĆa no olvides hacer algo por alguien.
Siempre habrÔ corazones que sanar, amigos que ayudar y gente que amar, porque al dar el amor entre nosotros crece y aquel que tiene amor en su corazón es capaz de soportar todo lo que la vida le presente.
Y no olvides sonreĆr es el mejor maquillaje para el rostro.
Autor: Araceli CanaĆ n de Guevara

