QUIERO PERO NO DEBO…. CEDER A LAS PRESIONES.
Existe una anécdota del príncipe Luis XVI de Francia; después de una guerra el príncipe fue apresado por sus enemigos, se le condujo a un lugar lejano, un pueblo lejos de su familia y expuesto a lo más bajo y vil que en esos momentos le podrían ofrecer. Lo expusieron a grandes buffets para hacerle esclavo de los alimentos. Constantemente utilizaban un lenguaje soez. Lo expusieron a mujeres vulgares y lujuriosas; a la deshonra y la desconfianza. A lo más vil de la pobreza y todo lo que su alma desnuda podría tener necesidad de cubrir. Se le expuso todo aquello por seis meses, pero cuenta la historia que el joven ni una vez cedió a las presiones. Finalmente, al cabo de tentaciones tan intensivas, se le interrogó. ¿Por qué no se sometía a estas cosas, por qué no cedía? Todo estaba planeado para darle todos los placeres y destruirlo a lo más miserable como persona. A lo que el joven príncipe respondió; “No puedo hacer lo que me piden, por que nací para ser rey.”
Esta historia real tiene mucha similitud en nuestra vida desde el enfoque que hoy daré, y es precisamente que tan fuertes somos para hacer frente a las presiones externas, de los amigos, conocidos, jefes, familiares. Saber decir no, cuando todos dicen que sí o decir sí cuando todos dicen que no. Se necesita tener un espíritu de valentía y resistir, humillaciones, risas maliciosas, palabras obscenas, señalarte como bobo o rechazarte del círculo social, o de grupo. Enfrentarse a la presión de los demás, es poner a trabajar a nivel emocional tu resistencia psicológica, donde tus convicciones de los que eres o te han enseñado por años lo que tú ahora y por presión pueden estar en juego.
Por lo regular estamos más vulnerables cuando llegan momentos difíciles en nuestra vida, como el perder un amigo, problemas con nuestros padres, el divorcio, reprobar la escuela, sentirnos solos. Y entonces la presión social se hace tan fuerte por nuestra necesidad de sentirnos bien que somos presa fácil para caer a las NECESIDADES DE OTROS. En mi juventud, recuerdo que mis compañeros insistían que tomara vino en las reuniones con ellos, finalmente después de aguantar sus presiones y no aceptar sus peticiones, optaron por ponerme como sobrenombre “la monja” creo que creyeron que me sentiría ofendida pero finalmente para estar en su grupo acepte el título y ellos aprendieron a respetarme. Me sentí contenta ya que me quedaba claro que no era lo que me gustaba, en ocasiones al estar manejando el carro observo en mi interior la presión que quieren ejercer en mí, cuando empiezan los conductores de atrás su insistencia a que vaya a su prisa, pocas veces he caído en su juego cosa que me disgusta pero me siento satisfecha de manejar a mi ritmo y tranquilidad personal.
Hay personas que te presionan por que ellas se sienten miserables que no quieren ser las únicas y van invitando personas débiles o vulnerables que se integren a su grupo.
A veces las presiones sociales son tan fuertes, que no ponemos resistencia por el deseo de pertenecer a un grupo. Por eso los jóvenes son capaces de resistir sacrificios físicos como ser tatuados, heridos, marcados etc. mejor es aprender a estar solo hasta que te quede claro que es lo que quieres en la vida, que metas tienes y de quien te rodearas para lograrlo, no siempre hay presiones de mala influencia también las hay positivas, las que te hacen sacar tus dones y talentos, tus fortalezas.
Pero cuidado los que quieren destrozar tu vida, y sacrificas tú futuro por un breve momento de felicidad. Hay quien vende su alma al diablo por un momento de compañía, por una satisfacción momentánea. “Hay que ser valientes en momentos cruciales.”
Ceder una sola vez a las presiones hace daño, una vez fumar, una vez tomar alcohol, una vez consumir drogas, una vez ,…. una vez trae sus consecuencia.
¿Cómo podría resistir a la presión social? Pregúntate que piensas de ti mismo, que piensan los demás de ti, evalúa sacando lo mejor de tu persona y empieza a eliminar aquello que te desoriente a tu visión personal. Y concluyo con este hermoso pensamiento de Portia Nelson sacado del libro “los sietes hábitos de los adolescentes altamente efectivos”. Cualquier día de la semana preferiría estar fuera de los demás y en contacto conmigo misma, que estar dentro con los demás y alejada de mí misma.
No camines por el sendero presionado por los de atrás por qué correrás, te caerás.”
Su amiga Ana Gaby.
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